Para reírse de los galanes le inventaron un personaje a Vicuña en "El encargado"

Sólo un elaborado sentido del humor y un uso particular de la ironía  pueden hacer que la producción de una  de las más exitosas series de Disney Plus contrate los servicios de un perfecto galán, objeto de deseo de buena parte del público, pero para que se haga cargo de representar a un científico cuya proximidad no soportan  hombres ni mujeres.

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El neurocientífico en cuestión es Benjamín Vicuña  que aparece en el tramo final de la tercera temporada de "El encargado" , interesado en alquilar un departamento en el edificio donde reina Eliseo Basurto, el controvertido portero interpretado por Guillermo Francella.

Mariano Cohn y Gastón Duprat, los creadores , han demostrado tener a lo largo de toda su filmografía, a partir de "El hombre de al lado" y "El ciudadano ilustre" una preferencia  marcada por  los recortes causticos.

Esta vez tuvieron especial cuidado en  hacerse de los servicios de un auténtico galán a quien le asignaron un personaje  que todo el mundo  procura evitar por su insoportable halitosis.

El problema llega a tales extremos que los consorcistas  deciden convocar a una reunión para contratar los servicios de plomeros y peritos especializados en descubrir de dónde proceden los olores cloacales que emponzoñan los espacios comunes.

La respuesta la tiene, naturalmente, el encargado, que aunque ha tomado la precaución de atiborrar el ambiente con desodorante  sabe que apenas abra la boca  el nuevo inquilino  van a temblar hasta  las columnas del edificio.

A Vicuña no se le mueve un pelo nunca  ni cuando se entera que para estar su su presencia Eliseo emplea mentol para embadurnarse la nariz como si estuviera en un escenario dramático de  cuerpos en descomposición.

A la broma le dedican la mitad de un capítulo con una extensa exposición de una especialista que , empleando muñecos y lanzallamas recrean los efectos demoledores de la halitosis.

"Era por eso que todos me evitaban" dice, con total seriedad  el científico , un segundo antes de que le cierren la boca con dos barbijos reforzados.Francella reprime un acceso de risa con cara de nada. Seguramente Cohn y Duprat rieron detrás de cámara.