Refuerzan el catálogo de Netflix con otra de Bruce Willis

Netflix acaba de reforzar su catálogo de películas de Bruce Willis con “El último disparo” (2017), la dinámica realización de Steven Miller sobre el matrimonio de un corredor de bolsa y una médica que resuelve llevar a su hijo fuera de Nueva York, a una cabaña solitaria en medio del bosque para fortalecer su carácter en contacto con la naturaleza y transmitirle nuevas habilidades que le permitan al niño enfrentar los episodios de bullying de los que lo hacen víctima algunos compañeritos.

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La plataforma de streaming también tiene en su catálogo “Red”, una combinación de acción y comedia basada en el cómic de Warren Ellis y Cully Hammer; la bélica “Lágrimas del sol” y el thriller “Seduciendo a un extraño”, realizaciones todas que permiten disfrutar de algunas de las virtudes del actor aunque están lejos de “Duro de matar”, “El último boy scout” o “Sexto sentido”, tres de las columnas sobre las que edificó su fama.

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La más reciente , “El último disparo” es en la que Willis más desdibujado está.El filme es interesante y mantiene la atención del espectador cuando el fin de semana bucólico que Will (Hayden Christensen) planeaba ofrecerle a su hijo Danny (Ty Shelton) se transforma en una peligrosa aventura, poco después que ambos fueran testigos de una mortal disputa entre dos delincuentes que pelean por el botín.

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El afiche del filme podría engañar al público que se ilusione con el protagónico de Bruce, que aquí encarna al sheriff Howell, pero hace falta algo más que darle una placa y un arma para que se parezca a John McClaine, el héroe de “Duro de Matar”. Lo más probable es que BW se haya llevado más de la mitad del presupuesto de la película, pero el personaje que le tocó en suerte no tiene desarrollo, ni un parlamento que valga la pena y, en el colmo del anti clima, hasta incluye una escena en la que le grita y maltrata a una mujer que está postrada y apenas respira.

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“El último…” desperdicia todo el potencial del actor, no obstante lo cual entretiene gracias a una persecución clásica y al encanto natural del pecoso Ty Shelton que empieza como rehén y termina como amigo de Levi (Ghetin Anthony) un ladrón con una larga lista de justificaciones para su proceder.

Netflix tiene también “Red” (2010) donde Bruce interpreta al ex agente de la CIA Frank Moses, un jubilado aburrido, cuyo momento feliz de cada jornada está vinculado a las conversaciones telefónicas que celebra con Sarah ( Mary Louis Parker) su agente del Centro de Procesamiento, acerca de su pensión.

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El filme de Robert Schwentke tiene un elenco caro y lujoso en el que brillan Morgan Freeman, John Malcovich, Helen Mirren,Richard Dreyfuss y Bryan Cox, entre otros. Con semejantes glorias, a la superproducción le costó mucho sacarse la mochila de comedia geriátrica porque todos los personajes son ex agentes de los que el poder de turno quiere desprenderse porque están en posesión de secretos que comprometen al país.

Antoine Fuqua dirigió a Bruce Willis en “Lágrimas del sol”(2003). La acción gira en torno de un rescate emprendido por un equipo Seal de la armada norteamericana en medio de una guerra civil en Nigeria. El teniente Waters (BW) comanda el equipo enviado para recuperar a ciudadanos estadounidenses y a la médica Lena Fiore Kendricks (Mónica Bellucci) tras el agravamiento de la guerra civil.

Hacía mucho que Bruce quería participar de una película de guerra, tanto, que la produjo a través de su compañía, Cheyenne Enterprises

Por último, en “Seduciendo a un extraño”, hace pareja con la atractiva Halle Berry, quien interpreta a Rowena, una periodista brillante que, además de la nota que la ocupa en ese momento, está decidida a esclarecer el asesinato de una amiga de la infancia.

La investigación la relaciona con el multimillonario Harrison Hill (Bruce Willis), un hombre poderoso que inmediatamente ingresa al círculo privilegiado de sospechosos que eligió la periodista. Se estrenó en 2007, la dirigió James Foley y es otra de las varias películas en las que da la impresión de que buscaron al actor porque es sinónimo de éxito en la taquilla, sin que el personaje estuviera a la altura de sus posibilidades.