Una conmovedora joya con Joaquin Phoenix para ver en cines

Por Francisco Vidal

Hay películas que cuando uno termina de verlas se le dibuja de forma inevitable una sonrisa en el rostro. La emotiva historia del vínculo entre un tío y su sobrino logra con sutileza esa sensación en "C'Mon C'Mon: Siempre Adelante", film que protagoniza Joaquin Phoenix y que se puede ver en cines del país.

El ganador del Oscar por "Guasón" interpreta en esta producción escrita y dirigida por Mike Mills ("Begginers", "Mujeres del Siglo XX) a Johnny, un periodista radial inmerso en un proyecto ambicioso: viaja por Estados Unidos haciendo entrevistas a niños y adolescentes, quienes le cuentan con sinceridad sus opiniones sobre la sociedad y el futuro.

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Pero una complicación en su vida personal representará un desafío en la tarea. Su hermana, Viv (una impactante Gaby Hoffman), tiene que viajar por una emergencia y es así que Johnny deberá encargarse de algo que le es completamente ajeno: cuidar de un niño. Más específicamente de Jesse (Woody Norman), su sobrino de nueve años.

Una distancia física (él vive en Nueva York y Jesse en Los Angeles) y otra emocional (una muerte lo distanció de la madre del pequeño) hicieron que el niño conozca muy poco a su tío antes de esta nueva aventura compartida.

En un registro que está por completo en blanco y negro -algo que no se torna agobiante-, la película aborda esa incipiente relación con una estética cuidada y una narración suave. Las tomas de dron de los distintos puntos de Estados Unidos por los que pasan aportan en belleza paisajística y el gris hace de Nueva York una ciudad más tranquila de lo que parece.

El montaje calza a la perfección en un relato sumamente original, cuyo guion combina fragmentos de libros, los sueños de distintos niños y dos vínculos: el del periodista con su pequeño compañero nuevo y el que tiene con su hermana.

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Woody Norman hace un trabajo magistral a la hora de ponerse en la piel de este chico inteligente, tierno y desafiante, quien demuestra lo fantástica que puede ser la cabeza de un niño. 

Desde su perspectiva y también desde la del adulto, "C'Mon C'Mon" presenta una visión interesante sobre lo que implica el cuidado de los chicos: más allá del amor, la tarea puede llevar a situaciones de crisis y tornarse agotadora. Nadie llega listo, demuestra el protagonista.

El largometraje conecta sin golpes bajos situaciones dramáticas con momentos divertidos en una historia que podría resumirse en la palabra ternura. Es una película sobre las idas y vueltas de la vida cotidiana, la felicidad y la tristeza.

Una de las cosas más lindas de este relato es que los diálogos de los niños entrevistados son reales. Phoenix se enfrentó cara a cara a pequeños que le contaron sus ideas del mundo y, como si por momentos estuviéramos escuchando un podcast, llegamos a valiosas reflexiones sobre el mundo que nos rodea.