Una discapacidad lo dejó afuera del deporte paralímpico y se reconvirtió

Por Francisco Vidal

Un documental que estrena en Córdoba narra la historia de superación de un deportista de 1.24 metros que pasó del levantamiento de pesas al fisicoculturismo porque le impidieron participar de Olimpiadas.

Se trata de "El hombre más fuerte del mundo", que llega al Cine Arte Córdoba de martes a viernes a las 21. También estrenó en el Cine Gaumont de Buenos Aires y llega a Tucumán, Salta y Jujuy.

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"Estaba buscando una historia para contar en fuera de Buenos Aires. Leyendo en el diario de Jujuy me encuentro con una epígrafe así de los personajes del año. Decía que era un pesista de talla baja que había sido campeón mundial de la especialidad, pero el comité paralímpico le impide ser parte por la manera en que él hace el gesto para levantar la barra. El reglamento dice que vos debés rodear con los dedos la barra y por sus propias manos, que son distintas, no puede hacer ese gesto", contó a Cadena 3 el director del documental, Fernando Arditi.

Y cuestionó: "La esencia del paralímpico es que el deporte se tiene que adaptar a las necesidades del deportista y no al revés. A mí me parecía como que se estaba enfrentando a un absurdo, que fue como el punto de partida." 

Es así que Darío no bajó los brazos y empezó a dedicarse al fisicoculturismo como un camino de "renacimiento". 

Para Arditi, Villarroel terminó encontrando inclusión en un lugar sorpresivo. "Es un deporte que les exige una preparación enorme, muy meticulosa, física y estética. Y para Darío me parecía que era muy interesante porque no solo el estético, sino en él había un camino de construcción de un carácter", remarcó.

Arditi contó que Darío tiene presente que la mirada del otro es algo que está ahí todos los días y tiene que enfrentarlo. "Con la cámara buscamos invisibilizarnos para mostrar su vida", apuntó.

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El realizador destacó que buscaron no ser condescendientes con el personaje. En ese sentido, apuntó que buscaron tener un vínculo cercano a la amistad, de igual a igual, algunas veces con más dureza, pero siempre con respeto.

También resaltó que Darío "se construye mucho con humor": "Su vida está entre la tragedia y la comedia, pero tiene una energía muy positiva. Ese humor tenía que ser parte de la película".  

"Siento que el cine es un medio de expresión personal y colectivo. Y siempre confío en que las películas van a trascender el tiempo. Y que se van a poder cambiar algunas cosas. Quiero creer que el cine todavía tiene ese poder de transformación", cerró.