A acomodar ñoquis que se acaba el mundo

Adrián Simioni

Llega un momento funesto para el exhausto contribuyente argentino, para el tontón que paga impuestos y no recibe ninguna prebenda del Estado. ¿Por qué? Porque se acercan los cambios de gobierno. El presidente se va a ir. Decenas de gobernadores, miles de intendentes también. Y llegó la hora de acomodar definitivamente a los parientes, ñoquis, militantes y clientes que cada uno de ellos sumó al Estado.

"A acomodar que se acaba el mundo" es el lema.

Lo hacen todo el tiempo, es cierto. Pero en general los toman bajo contrato temporal para tenerlos cortitos. Ahora, sobre todo si el ejecutivo se va, y más aún si el que lo reemplaza es de otro partido. Ahí a muchos se les junta el deber con el placer. Al dejar las oficinas llenas a reventar, matan tres pájaros de un tiro: joden el presupuesto y no le dejan al que viene ni un mango para invertir y hacer otra cosa que no sea pagar sueldos y, por otro lado, les da una beca de por vida a sus ñoquis e impide que el que viene haga lo mismo para financiar su aparato política.

Lo estamos viendo. Legisladores opositores han hecho un pedido de informes a la Agencia Federal de Inteligencia por un decreto que autoriza a la jefa de los "espías", Ana Alberdi, a pasar contratados a la famosa, querida y nunca bien ponderada "planta permanente".

Pero eso no es nada. Nicolás Gadano es economista y fue gerente del Banco Central. Y tiene por costumbre leer el Boletín Oficial. Sólo en los últimos días detalló los siguientes "pases a planta":

-La creación de una nueva comisión nacional de evaluación de tecnologías sanitarias, con la creación nuevos cargos jerárquicos y la colocación de secretarios, asesores y demás.

-52 pases a planta en el Instituto de Vitivinicultura.

-465 cargos en el Ministerio de Trabajo.

-Otros 19 cargos también en Trabajo.

-104 empleados más en la empresa estatal que "administra" los trenes del Amba, del Gran Buenos Aires.

-80 pases a planta en la Superintendencia de Seguros.

-205 cargos en la Jefatura de Gabinete.

-81 cargos en el Ministerio de Desarrollo Territorial y Hábitat.

-10 designaciones jerárquicas de la Jefatura de Gabinete.

Estamos en más de mil. ¿Tendrán idea todos estos repartidores de guita ajena lo que cuesta crear una empresa de mil empleados que pueda funcionar en blanco para pagar los impuestos necesarios para sostener toda esta parafernalia estatal?

Ahora multipliquen esto por 24 provincias y por los 1.300 municipios de la Argentina. Y agréguenle que faltan 5 meses para los traspasos de mando y que de aquí a entonces el proceso se acelerará.

Váyanse poniendo, queridos chichipíos, como decía el gran Tato. Con impuestos o con inflación, van a pagar la eternidad de madera, el estado vegetativo, con el que sueña cada ñoqui cuando le prometen el dorado "pase a planta", para poder convertirse precisamente en eso, plantas, como esas dalias, esos ficus que suelen adornar las oficinas estatales.