A la inseguridad se la llevaron presa

Adrián Simioni

Breve racconto de los últimos días. Dos jubilados que viven en las afueras de Pilar piden por favor que alguien haga algo porque ya les robaron 8 veces en un año. En San Francisco una mujer maniató y golpeó a una señora de 80 años dentro de su casa y le robó. En Río Segundo un jardín de infantes fue vandalizado y saqueado luego de sufrir tres intentos de robo en cuestión de meses. Esta es buena: gracias a las cámaras del 911 en Córdoba ya hay unos 35 detenidos en flagrancia cuando robaban ruedas de autos en la calle. En barrio Los Boulevares de Córdoba vecinos cortaron calles para reclamar por el vandalismo y la inseguridad que provocan personas que arrojan botellas y otros elementos contra los autos que circulan en el lugar. En el Parque Sarmiento, a plena luz del día, dos motochorros armados obligaron a los clientes de un bar a entregarles billeteras y celulares. Una noche de la semana pasada delincuentes violentaron 5 oficinas y estudios de un edificio en plena peatonal de Córdoba. Un hombre que conducía su moto fue empujado por delincuentes que lo arrojaron a una zanja y luego le robaron, causándole greves heridas. En barrio Talleres, cuatro criminales secuestraron y golpearon a una familia en su propia casa y les robaron hasta el auto. En Malena, un pueblo chiquito al sur de Río Cuarto, 5 delincuentes armados dieron un golpe comando y desvalijaron una estación de servicio. El viernes, vecinos de barrio Pueyrredón lincharon a un delincuente que había entrado a robar a un hogar. En La Calera tres criminales se le subieron al auto a una mujer a la que terminaron arrojando del coche en movimiento.

Podemos seguir sin fin. Basta agregar el hecho dramático de esta mañana: un policía que iba con su esposa y otra persona en un auto por el Puente 15 mató a uno de las dos personas que, presuntamente, le rompieron la ventanilla y lo amenazaron con un arma para asaltarlo. Allegados a la víctima apedrearon a la policía en el lugar.

Lo mismo que decimos de Córdoba puede decirse de casi cualquier otra provincia. La inseguridad está todo el tiempo, en todos lados. Menos en la campaña electoral. Los candidatos a diputados y senadores nacionales casi no hablan del tema. La agenda está colmada por la inflación y la vacunación. La violencia, los robos, las palizas, no atraviesan esa reja, el portón blindado de la campaña.

Dicen algunos analistas que es porque la inseguridad es vista como un problema local y estas elecciones son nacionales. Y que la inseguridad además es un problema que le adjudicamos sólo a los poderes ejecutivos y que esta elección es legislativo. En definitiva, elegir a uno u otro diputado o senador nacional no puede hacer más o menos seguro a barrio Colinas de Vélez de Sársfield, o a cualquier otro.

No estoy seguro de que sea así. Diputados y senadores deberían tener algo que decir, que proponer, acerca de las palizas y los asaltos que sufren sus representados. Podrían proponer cambios a la ley penal. O debatir si hay que quitar o no los subsidios sociales a quienes delinquen. O si hay que condicionar partidas del presupuesto nacional a las provincias a una mejora en los niveles de seguridad. Son sólo algunos ejemplos. Seguro que nuestros candidatos tendrían muchas más si a la inseguridad, como tema de campaña, no se la hubieran llevado presa.