Clarín versus Milei: una guerra futurista, pero en el siglo pasado
25/02/2025 | 15:25Redacción Cadena 3

La noticia de la compra de Telefónica por parte de Telecom resonó en el ámbito empresarial como un verdadero bombazo.
Esta transacción, anunciada por el Grupo Clarín, marca un hito en el sector de las telecomunicaciones en Argentina. Según la bolsa española, Telefónica vendió su filial argentina a Telecom como parte de su estrategia de retirada de varios países de América Latina, donde Telefónica se hartó de las pérdidas y deudas.
Sin embargo, este anuncio llega con una advertencia: la operación debe ser autorizada por la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia y el Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom).
Es importante entender que el proceso de autorización en Argentina se da a posteriori, a diferencia de otros países donde las transacciones pueden concretarse sin este tipo de validación.
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— Oficina del Presidente (@OPRArgentina) February 24, 2025
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Enrique Carrier, especialista en el tema, dijo que si la operación no recibe el visto bueno, no hay forma de que Telecom devuelva el dinero a Telefónica. En juego hay más de 1.200 millones de dólares, un monto que no puede tomarse a la ligera.
La intervención de la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia (CNDC) y del ENACOM es esencial para evaluar si esta fusión genera un monopolio en el sector.
Algunos estudios sugieren que, de concretarse, Telecom podría controlar entre el 60% y el 70% del mercado telefónico, dejando a un único competidor con una participación de mercado considerablemente menor: Claro. Esto despierta inquietudes sobre la competencia y la diversidad de servicios en un sector que abarca telefonía fija, móvil e Internet.
El gobierno de Javier Milei, por su parte, no se hizo esperar y lanzó un comunicado recordando que el Grupo Clarín no debe apresurarse a descorchar, ya que aún falta obtener los permisos necesarios.
La jugada de Clarín se presenta como un riesgo, especialmente en un contexto donde muchos analistas leen esta situación bajo la óptica de la histórica tensión entre Cristina Fernández de Kirchner y el conglomerado mediático. Las versiones sobre presiones políticas y empresariales no tardan en surgir, y se menciona que Clarín podría estar intentando influir en el gobierno de Milei.
Lo que se observa es un escenario que recuerda a una guerra moderna, donde la tecnología y los capitales han transformado radicalmente el campo de batalla.
Telecom y Telefónica, desde sus inicios, nunca compitieron de manera efectiva, ya que cada una controlaba la mitad del país. La llegada de la telefonía móvil cambió las reglas del juego, y hoy las empresas de telecomunicaciones se ven relegadas a ser meros proveedores de infraestructura.
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Fusión . El Grupo Clarín compró Telefónica, pero el Gobierno nacional se opone
Lo hizo a través de Telecom por un monto de US$1.250 millones. El ENACOM enfatizó que controlará el proceso para asegurar transparencia y libre competencia.
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La relevancia de servicios como WhatsApp desplazó el uso tradicional de llamadas y mensajes de texto, lo que lleva a cuestionar la estructura del mercado actual.
¿Cuántas personas realmente utilizan líneas fijas en sus hogares hoy en día? Casi nadie. El cable, por ejemplo, se ha convertido en una especie en extinción, mientras que nuevas tecnologías como Starlink amenazan con desestabilizar aún más el panorama de las telecomunicaciones.
Medir la posición dominante de una empresa en función de una legislación de telecomunicaciones de los años ''90 resulta poco efectivo en la actualidad.
La realidad es que Telefónica pasó de ser un jugador relevante a convertirse en una reliquia en un mercado que evolucionó drásticamente. Con un valor de compra de apenas 1.235 millones de dólares, Telefónica se encuentra en una situación precaria frente a Telecom, que, aunque tiene un valor de 7.300 millones, se enfrenta a empresas mucho más grandes, como Claro (del mexicano Carlos Slim) y Starlink (de Elon Musk).
La guerra política y económica apenas comienza, y aunque no se espera que alcance la magnitud de un conflicto bélico, sí se anticipa que será una lucha moderna, marcada por la innovación y la tecnología.
Mi recomendación es: a comprar pochoclo, porque esta jugada política y económica recién empieza. Esto es streaming y va a ser una modesta guerrita local, pero futurista.