Con fe, con optimismo, con emisión
24/06/2022 | 17:44Redacción Cadena 3

La repatriación de Daniel Scioli y su ingreso al gabinete encendió una doble ilusión en el cuarto gobierno kirchnerista. Una es que el exgobernador sepa usar la lapicera de Cristina para convencer a los industriales de que importen menos para dejar así de quemar dólares que el Banco Central ya no tiene. La otra es que pueda hacer lo que no pudieron Juan Manzur ni Agustín Rossi, otras dos incorporaciones que lo precedieron: darle "volumen político" al gobierno, fortalecer a Alberto Fernández e incluso conseguir un candidato que mantenga la línea de flotación en las encuestas.
Ya pasaron algunos días y aún no vemos indicios. Sobre la proyección político-electoral de Scioli es muy prematura cualquier conclusión. Sobre su capacidad para frenar las importaciones sin congelar la economía, la cuestión es tan borrosa y ambigua como el propio Scioli. En los primeros días mantuvo una sucesión infinita de reuniones con cámaras empresarias. Pero es difícil que la UIA pueda convencer a sus socios de que sustituyan el motor de un tractor con la fe, la esperanza y el optimismo que recita Scioli. Como si intuyera que no habrá milagros, ayer Scioli ya se dedicó a otra cosa: se reunió con sus colegas de Educación y de Ciencia para hablar sobre cómo sustituir planes sociales por empleo genuino, algo que no tiene nada que ver con las urgencias del Banco Central sino más bien con el sexo de los ángeles en medio de la crisis.
La tiene difícil Scioli. Cristina Fernández ya menciona cualquier cosa como causa de la inflación y de la demanda de dólares, menos la principal razón: la emisión descontrolada de pesos que demanda su populismo. Por lo tanto, el gobierno sigue sin admitir que el problema no es la escasez de dólares, sino el exceso de pesos. Y, como Scioli no puede violar el dogma cristinista, no le queda otra que pregonar como un profeta en la iglesia de los importadores y convencerlos de que con fe, con esperanza, con optimismo y mucha alegría será posible multiplicar los dólares y hacer que alcancen para todos.