De la galera de Massa sólo salen conejos muertos

Adrián Simioni

Cuando agarró la papa caliente, y antes de ponerla de nuevo el horno subiendo al máximo la temperatura, Sergio Massa se mostraba autoficiente. El traje flamante de superministro incluía una galera de la que iba sacando conejos y palomas que no duraban demasiado, pero respiraban durante algún par de semanas. Luego la cosa se puso peluda. Ahora, todos sus conejos salen con un espantoso olor a podrido. Mueren varios días antes de que los libere.

El caso más claro es el del dólar. Luego del salto del lunes le ordenó a la Afip que unificara varios tipos de cambio. La respuesta fue un salto grotesco del dólar. Luego del julepe de ayer, la respuesta de hoy ha sido triple.

Prime conejo muerto: hoy ajustaron un poquito más el torniquete del cepo, que ya no se puede ajustar más. Una nueva restricción insignificante a operadores extranjeros en los dólares financieros que básicamente sirve para simular que el gobierno hace algo. Pero esos tableros no funcionan más. Lo que funciona para reprimir el contado con liqui sólo consigue llevar más presión a los demás tipos de dólar y así.

Segundo conejo muerto: hizo saber a través de un ministro de Massa que trabaja para Kicillof que hoy se conocerán los nombres de presuntos empresarios, economistas, políticos y gremialistas que serán denunciados. “Hasta ponerlos presos no paro”, amenazó Massa ayer. Intentos de amedrentamientos propios de patoteros, ensayados mil veces, que jamás sirvieron para frenar el dólar.

Tercer conejo muerto: y este es inédito porque es la primera que un presidente sale de la galera de un mago fallido. Massa mandó a su empleado, el presidente intermitente Alberto Fernández a hacer copia y pegue de la denuncia que horas antes ya había hecho una abogada K –la misma que representaba a familiares del Ara San Juan- contra a Javier Milei por “intimidación pública”. En primer lugar: ¿desde cuándo el presidente argentino considera que puede prohibir que se hable sobre la economía en este país?

En segundo lugar, no se puede ser más caradura. Alberto Fernández va a tener que autodenunciarse porque, 14 días antes de las Paso de agosto de 2019, él dijo que el dólar a 44 pesos de entonces estaba “retrasado” y provocó un aumento del dólar del 40% en un día, y lo hizo para ayudarse a sí mismo a ganar esas elecciones.

La verdad, si Massa quisiera tomar una buena medida para empezar a frenar la destrucción de la moneda nacional que usan los argentinos pobres a los que él dice defender, debería renunciar. O renunciar como ministro. O renunciar como candidato presidencial. Porque es el Massa candidato el que le hizo firmar al Massa ministro los decretos para ampliar el gasto público y bajar impuestos por 2,7 billones de pesos (casi 1,5 puntos del PIB). Ese océano de pesos que el Massa candidato usa para financiar su demagogia electoral y comprar votos es lo que hace estallar el dólar que el Massa ministro es incapaz de moderar.

A esta altura, el único ser vivo que podría salir de la galera de Massa sería el propio Massa, ya sea para dejar el ministerio o dejar su candidatura.