El que se acuesta con autócratas amanece decepcionado

Adrián Simioni

Malas noticias. Rusia acaba de avisar públicamente que su capacidad para producir vacunas Sputnik va dirigirse a abastecer su propio país. Esto explica por qué han quedado pagando cuatro de cada cinco argentinos ya vacunados con la Sputnik. Son los que recibieron la primera dosis hace meses y no han recibido la segunda.

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El gobierno va improvisando respuestas. La vacuna rusa fue recibida como el Ejército Rojo liberando el este europeo de los nazis en la segunda guerra. Pero, aunque Argentina fue el primer y más importante país en ofrecerse como conejillo de indias para el prestigio geosanitario ruso, iniciando el uso de la vacuna sin aprobación usual, el negocio distó de ser perfecto. Los embarques fueron escuálidos e inciertos, el propio presidente se contagió pese a tener las dos dosis, hubo que explicar que la inmunización dista de ser total y que la verdadera ventaja es que te reduce el riesgo si enfermás. Para los funcionarios la segunda dosis, recetada al principio a las tres semanas, fue dejando de ser imprescindible a medida que no llegaba. "Hasta tres meses aguanta", era la idea. Ahora Carla Vizzoti dice que no vence así que no hay drama. Es más: hay quien sugiere repetir la Sputnik 1 en lugar de la 2. O sea: el manual de instrucciones de la fábrica ha ido cambiando a medida que el tanque ruso se iba quedando en la ruta. Ahora habrá que prenderle velas al otro laboratorio amigo del kirchnerismo, el Richmond. Veremos.

No parece haber demasiado espacio para quejarse con Vladimir Putin. No es una maldita empresa capitalista privada a la que se le pueda iniciar una demanda.

Mientras tanto, seguimos esperando una respuesta, aunque el gobierno nos acuse de obsesivos o aunque no le guste a Ignacio Copani: ¿Por qué Argentina no pudo llegar a un acuerdo con Pfizer, como lo hicieron casi todos los países del mundo?

¿Tendrá que ver con una predilección por los regímenes que son cachito autoritarios, con líderes con un toque de autócratas?: Rusia, China, Cuba, Venezuela, Nicaragua, Irán, el gobierno argentino no deja de abrazarse con ninguno. Y no pasa un solo día sin que haya nuevas confirmaciones de lo mismo.

Como acaba decir Victoria Tolosa Paz, la posible candidata de Cristina para la provincia de Buenos Aires y esposa de quien le prestó el departamento de Puerto Madero en el que vivía Alberto Fernández antes de ser presidente. “Para mí en Venezuela hay un Estado de Derecho en términos de que el presidente ha sido electo democráticamente. Sí señor". Tiene razón. Es exactamente lo mismo que decían los filonazis de Adolf Hitler, antes de que los rusos arrasaran a los nazis en el frente oriental.