El sincericidio de un industrial nac&pop

Adrián Simioni

Teddy Karagozian es un importante empresario de la industria textil argentina. Es una de las cabezas visibles de la patria industrialista, acusada de ser ineficiente y de existir sólo gracias al proteccionismo que prohíbe importar ropa, a los subsidios a la energía y a los bajísimos salarios en dólares. Es la única forma en que pueden funcionar y por eso viven del lobby, dicen los críticos. Como una especie de prueba, aseguran que el secretario de Industria de la Nación, Ariel Schale, que viene del sector textil, es un protegido de Karagozian.

La industria textil e indumentaria está en medio de las críticas porque sus precios subieron mucho más que la inflación y los alimentos y su oferta es cara, poco variada y de baja calidad.

Karagozian salió a defenderse. Y lo hizo con una entrevista en la que repite la defensa clásica de los proteccionistas, con argumentos atendibles y otros no tanto: las críticas contra la industria salen del lobby importador, las culpas de los altos precios son de los shopping que venden con altos márgenes y las empresas no toman empleo por el costo de las indemnizaciones.

Tuvo mala suerte Karagozian: en la entrevista en que critica la importación de textiles vestía una chomba Uniqlo importada, contradicción que le hicieron notar en las redes economistas como Lucas Llach, exdirector del Banco Central con Mauricio Macri.

Pero más allá de eso, lo más interesante fue que Karagozian justificó por qué los salarios son tan pero tan bajos. Según él el salario promedio debería estar en mil dólares, pero “lo que pasa es que ahora vos tenés que dividir esos mil entre los que no laburan, los empleados públicos, los que se jubilan jóvenes y los impuestos”, opinó.

Y agregó: “El empleo en el sector público no genera valor agregado. Por eso terminamos pagando 300 dólares de salario promedio. Por cada tipo que trabaja en blanco, tenés otros tres que no hacen nada. Eso no pasa en ninguna otra parte del mundo”.

O sea: los industriales nac&pop, aliados al kirchnerismo junto a piqueteros y sindicatos estatales, también consideran que hay que racionalizar el empleo público, el sistema previsional y los planes sociales, aunque jamás lo dicen, porque si no esa alianza sería imposible. Eso, claro, no lo dicen hasta que algún Karagozian se calza su remera importada y abre la boca.