Euforia de un día

Adrián Simioni

En agosto de 2019, tras las Paso que en aquel momento perdió Mauricio Macri, los mercados en Argentina se derrumbaron. Las acciones argentinas cayeron hasta 45% en dólares en un día. El dólar pasó de 45 a 60 pesos en dos día.

Las lecturas políticas que se hicieron fueron opuestas. Para el macrismo, el sector financiero, las empresas, la fuerte caída fue porque las Paso anticipaban que Macri, que era el candidato preferido por los mercados, no sería reelegido. Al contrario. Iba a ganar el kirchnerismo, el partido más temido por el sector privado.

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Hubo una paradoja. La disparada del dólar debilitó aún más las posibilidades de que Macri fuera reelegido en la elección general, aunque quienes compraban dólares eran precisamente quienes preferían a Macri.

El kirchnerismo, como siempre, interpretó las cosas a su modo: sostuvo que los mercados no se derrumbaban por temor a ellos sino porque veían que Macri, un inútil para manejar la economía, más inútil iba a ser al perder las elecciones.

Ahora sucede exactamente al revés. El gobierno K pierde las Paso y, en lugar de derrumbarse, las acciones argentinas hoy se dispararon, con subas de hasta el 15%. Los bonos argentinos mejoran 5%. Y el dólar blue, que venía presionando, se dio el lujo de bajar tres pesos.

¿Por qué pasa esto? No hay una respuesta clara. Puede ser sólo la constatación de que los argentinos rechazan a un gobierno antiempresa, deficitario y antirrepublicano que siempre te amenaza con radicalizarse. Puede ser que las acciones están por el piso y alguien cree que, de algún modo, el gobierno tendrá que ponerse más amigable con las empresas porque la sociedad no lo va a acompañar a saltar al precipicio.

Pero más allá de esa especulación, en el mediano plazo las señales son menos claras que nunca. En 10 días la Argentina tiene que pagar 1.900 millones de dólares al FMI para no entrar en default. ¿Se pagarán? ¿Se firmará luego un acuerdo con el Fondo, o Argentina defaulteará y se alejará de la democracia liberal de mercado de Occidente? ¿Sobrevivirá el ministro pro-acuerdo Martín Guzmán? ¿Tomará definitivamente el gabinete Cristina Fernández? ¿En ese caso, le dará la economía a un representante de Kicillof o a uno de Massa?

Son demasiadas preguntas para saber, a esta hora, si el festejo de los mercados es sólo que están gritando un gol o es porque ya están marchando en caravana a la ex plaza Vélez Sársfield.