Hostigamiento: el diccionario de Marcó del Pont

Adrián Simioni

La directora de la Afip, Mercedes Marcó del Pont, le comunicó ayer a la Justicia que el organismo ha desistido de seguir acusando a los empresarios Cristóbal López y Fabián de Sousa y a su antecesor al frente de la Afip durante el gobierno de Cristina Fernández, Ricardo Echegaray.

Los empresarios del grupo Indalo ya tienen fallos en su contra incluso a nivel de cámara que confirman que, desde que compraron la petrolera Oil, no le pasaban a la Afip la recaudación del Impuesto a los Combustibles. La Afip les dió más de 190 planes de pagos que siempre se incumplían. Con ese dinero, compraban otras empresas. Por eso los juzgan por defraudación y no sólo por evasión. Porque no era que no pagaban un impuesto propio. No le daban a la Afip un impuesto que ya habían pagado los contribuyentes de Afip que cargaban nafta. Cuando Cristina dejó la Presidencia habían acumulado deudas con la Afip por 8.000 millones de pesos desde 2011, cuando compraron Oil.

Ahora Marcó del Pont, que ya había facilitó levantarle la quiebra al grupo Indalo en otro juicio comercial, argumenta que encontró pruebas internas de que funcionarios de la Afip cometieron abuso de poder y desvíos de poder para “hostigar” a los empresarios K. Y por eso se retira como querellante. Sin embargo, Marcó del Pont no dió los nombres de los funcionarios de Afip que habrían cometido esos abusos. La Justicia dirá su verdad.

Mientras, me pregunto cuál será el concepto de “hostigar” de Marcó del Pont. Aparentemente, el accionar de la Afip contra los empresarios K, lo es. Pero no es hostigamiento, por ejemplo, mandar inspectores de Afip a amedrentar comerciantes en los controles de precios, junto a los inspectores de la Secretaría de Comercio, para forzarlos a vender a los precios que dicta el gobierno, lo cual sería considerado inconstitucional en cualquier país civilizado del mundo.