Los argentinos que valen 28 veces más que otros argentinos

Adrián Simioni

Hace unos días el Gobierno nacional publicó en el Boletín Oficial el detalle de los subsidios que le dará a los colectivos urbanos del Amba, del Gran Buenos Aires, entre enero y agosto: una cifra descomunal. Son 337 mil millones de pesos. 

Al mismo tiempo, están vigentes los subsidios para el transporte urbano de pasajeros del resto del país: 84 mil millones para todo el año.

Es de una enorme inequidad. Implica que la Nación pondrá 3.010 pesos por mes por cada habitante de la Capital Federal y el conurbano.

En cambio, pondrá apenas 218 pesos por cada habitante del resto del país. Los habitantes del Área Metropolitana de Buenos Aires valen 12 veces más que los intranjeros, los habitantes del interior que son tratados como extranjeros por su propio gobierno.

La discriminación ya es flagrante con ese solo dato. Pero hay dos agravantes.

Uno es que, en el Amba, el Estado gasta una fortuna incluso superior en subsidiar los trenes de pasajeros que también benefician exclusivamente al Amba. En febrero fueron 47.000 millones de pesos. Con eso, los ciudadanos del Amba ya valen 28 veces más que los intranjeros del interior.

La otra es que esa montaña de dinero que pone la Nación en el Amba lo vuelca para que el 30% de los habitantes se desplacen en el 0,5% del territorio nacional. Medio punto porcentual, mientras que una cantidad infinitamente menor es para el 70% de la población restante, que se mueve por el 99% del resto del territorio nacional.

Es difícil encontrar una discriminación más grotesca. Nadie -excepto, hay que decirlo, algún gobernador como Juan Schiaretti o algunos opositores como los 'cambiemitas' cordobeses- tiene interés en cambiarlo. 

Hay una sola cosa positiva. Ya no nos duele, porque, sencillamente, estamos acostumbrados a valer 28 veces menos que los demás.