Los funcionarios más locos del mundo

Adrián Simioni

Para hablar del tema de hoy te propongo que imagines una peli como Los bañeros más locos del mundo, aquella comedia en la que los actores cometían un despropósito tras otro.

Esta peli se llamaría Los funcionarios más locos del mundo. Emilio Disi, lamentablemente ya fallecido, haría de presidente de la Argentina, Gino Renni sería el ministro de Turismo y Berugo Carámbula sería el CEO de Aerolíneas Argentinas.

Los tres elucubran un plan para traer turistas extranjeros. No se rompieron la cabeza. Consiste en que el Gobierno, que está recontraquebrado, les pague los pasajes a los turistas extranjeros. Ya si no vienen así...

Pero no es tan fácil. El grupo de alegres amigos encuentra dificultades para darnos lo único que nos faltaba: el planero extranjero.

Primero, tienen que justificar algo disparatado: a los argentinos que están varados les prohibimos entrar con la excusa de la pandemia, pero en un mes a los extranjeros les vamos a pagar por venir. Habrá que cambiar las 20 verdades: para un peronista no hay nada mejor que otro extranjero.

Gino Reni, el ministro de Turismo, dice que el plan mataría dos pájaros de un tiro: ayudaríamos a subsidiar a Aerolíneas Argentinas y traer dólares que tanto necesita el Banco Central.

Me quiero detener en los dólares. El planteo es un desatino. Como el mercado cambiario está desdoblado, un turista no va a cambiar un dólar en el mercado oficial para que le den 100 pesos. Los cambiará en el blue para que le den 180 pesos.

Los únicos dólares que podrían entrar al Central serían los que un extranjero manda cuando le compra con su tarjeta un pasaje a Aerolíneas Argentinas. Pero resulta que justo estos pasajes son los que, según el plan los funcionarios más locos el mundo, el Ministerio de Turismo le pagaría a Aerolíneas para después regalárselos a los turistas. ¿Y con qué se los pagaría? Con pesos. O sea, tampoco estos dólares entrarían al Central.

Lo de Aerolíneas es cierto. Todos los años recibe 700 millones de dólares del gobierno para cubrir sus pérdidas gigantes. Y nunca le alcanzan. Con este plan Berugo Carámbula, presidente de Aerolíneas, se frota las manos: es que con este desatino los pesos del presupuesto de Turismo pasarían directamente a Aerolíneas.

Para Aerolíneas el plan tiene otra ventaja: refuerza el monopolio de Aerolíneas Argentinas. Para las demás aerolíneas ya es imposible competir con un empresa a la que el Estado le tapa toda su ineficiencia con subsidios. De hecho, las demás aerolíneas se han ido yendo. Por eso la tenemos cada vez menos conectividad. Que es justo lo que necesitan los turistas para visitar un país tan alejado y extenso como el nuestro. Si uno quiere turistas, no es bueno tener pocas aerolíneas.

Pero no se les puede pedir tanto al presidente Disi, al ministro Renni y al CEO Berugo Carámbula. Ellos sólo son los funcionarios más locos del mundo.