Milei, un elefante en el living de Juntos por el Cambio

Adrián Simioni

El amplio barrio del antikirchnerismo se conmovió por la extraña declaración en la que Juntos por el Cambio rechazó asociarse al político emergente Javier Milei, que nunca les pidió sumarse a ese tren.

Milei es extremadamente incómodo para Juntos por el Cambio. Pero no sólo porque le puede robar votos antiK a la alianza de macristas, radicales y lilistas. Ni tampoco porque algunos en esa coalición quisieran sumar a Milei y otros no.

En realidad, es algo más profundo. Milei es un elefante en el discurso de Juntos por el Cambio; en la dificultad de Juntos por el Cambio para armar un relato sobre la Argentina liberado del viejo relato hegemónico estatista, paternalista, proteccionista y falsamente federal del que se apropió Cristina Fernández luego de pasarle un poco el plumero.

Milei, sin lastres alfonsinistas ni yrigoyenistas, puede apuntar sin complejos a lo que inteligemente eligió definir como la casta. La casta es fácilmente identificable por la gente que trabaja de verdad, por la gente que invierte, la que no puede acomodar a sus hijos en una municipalidad y ve que se les van.

Para ese sector social hay una cosa cada vez más clara: la inflación que hace décadas se queda con sus ingresos y su futuro es el artefacto con el que se financia el paraíso improductivo en el que vive sin trabajar la amplia y variada casta argentina.

Y Milei se los está diciendo sin tapujos. Por eso le puede robar incluso votantes del conurbano profundo hasta a La Cámpora, porque ese ejército de militantes rentados es la máxima expresión de la casta, del Partido del Estado, el partido que en definitiva siempre gobernó la Argentina.

Juntos por el Cambio, sobre todo los radicales que cultivan el peronismo culposo, que a veces parecen populistas de segunda selección, los cívicos de Lilita Carrió, radicales como Morales que gobiernan provincias de tradición feudal, el franjismo que campea en las universidades, no pueden asumir como propio el discurso de Milei. Sencillamente porque buena parte de sus votantes son también parte de "la casta". Y no los quieren espantar.

Juntos por el Cambio no se decide a ser el representante del PTV, del Partido de los que Trabajan de Verdad, tanto en el sector privado como en el público, tanto en blanco como en negro. Es un relato que el antiperonismo se niega a escribir en forma racional y convincente para liderar una revolución contra la clase parasitaria que manda en este país desde hace décadas.

Milei, en cambio, lo puede gritar a los cuatro vientos. Incluso a riesgo de caer en la irresponsabilidad política.

Y es un elefante en el living para Juntos, al que se le va el tiempo sin que su relato aparezca.