Suerte, Guzmán (y para nosotros también)
Por Adrián Simioni
13/04/2022 | 14:27Redacción Cadena 3

Esta tarde el Indec va a dar a conocer la inflación de marzo. Sabemos que va a estar por las nubes. Tal vez sea el registro más alto desde 1991, cuando Argentina recién empezaba a salir de la hiperinflación.
Es la última oportunidad para el ministro de Economía, Martín Guzmán, que hasta ahora había sido solo un ministro de la deuda. No sólo porque los acuerdos con los bonistas y el FMI le comieron la agenda, sino porque cada vez que quiso meter la mano para empezar hacer el mínimo ajuste indispensable para frenar la emisión de pesos Cristina Fernández lo sopapeó y lo mandó a seguir imprimiendo.
Así llegamos hasta acá. Esa política de Cristina (no de Guzmán) fracasó con la estanflación actual: inflación creciente, signos de desabastecimiento, dificultades para importar máquina e insumos por falta de dólares. No es culpa de Ucrania. A esto se llegó antes de la invasión rusa, con el manual de los Kirchner.
Ahora Guzmán ha sido empoderado por un Alberto Fernández que parece querer rebelarse contra el destino de incendio que muchos le desean.
No la va a tener fácil. Va a tener que tomar medidas desagradables. Encima, igualitas a las del ajuste de Macri, que la alianza en el gobierno tanto criticó. Peor: desandaron el tramo de ajuste que Macri ya les había dejado hecho y ahora hay que empezar de cero.
Por ejemplo, tendrán que subir las tarifas del gas y la luz. Tendrán que pisar los sueldos estatales. Tendrán que dejar que suba el dólar oficial, algo que ya están haciendo. Tendrán que subir cada vez más la tasa de interés, lo que tiene un efecto recesivo: como Federico Sturzenegger o Guillermo Sandleris, los banqueros centrales de Macri. Es más, ya lo están haciendo y hoy mismo Miguel Pesce le dará un toque más al costo del dinero. Tendrán que retacearle dinero a los gobernadores amigos.
Y tendrá que torcer expectativas. Difícil. El sindicato de Comercio acaba de pedir paritarias trimestrales y un aumento de 24% sólo para los tres primeros meses. Apenas un ejemplo. ¿Quién les va a ir a decir a los sindicalistas aliados de Alberto que tienen que aflojar?
Es muy complicado. Pero peor es seguir derecho al precipicio cristinista. Suerte, Guzmán: la vas a necesitar. Y nosotros ni te cuento.