Ucrania, el bebé Bibas y los derechos civiles: la grieta ya no es lo que era
20/02/2025 | 14:53Redacción Cadena 3
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La grieta, ese fenómeno que definió la política argentina durante años, ya no es lo que era. En un tiempo, la división era clara: de un lado, los kirchneristas; del otro, los antikirchneristas.
Las posiciones eran evidentes, se alineaban con figuras y países específicos. Los primeros apoyaban a Putin, Maduro e Irán, mientras que los segundos se ponían del lado de Estados Unidos, Israel y Ucrania.
Era una lucha de ideologías, donde los derechos humanos de algunos se enfrentaban a los derechos civiles universales de otros. Todo parecía más simple, más blanco y negro.
Sin embargo, en cuestión de semanas, esa grieta se desmorona y se transforma en miles de divisiones. Tomemos el caso de Ucrania: la traición de Trump a Volodímir Zelenski ha dejado a muchos libertarios y liberales en una posición incómoda. El mismo Javier Milei, que en su momento reconoció a Zelenski como un héroe de la libertad, ahora busca reunirse con Trump, quien lo ha tildado de dictador. Esta situación es desconcertante y revela una falta de coherencia en las posturas políticas.
Los kirchneristas, por su parte, han tenido que lidiar con su propia contradicción. A lo largo de los años, se han alineado con regímenes autoritarios, solo por ser antiestadounidenses. Ahora, ven cómo Putin se convierte en un defensor de su causa gracias a Trump. La confusión se extiende: el kirchnerista que históricamente ha estado con China ahora se presenta como librecambista; mientras que Milei, un liberal, se asocia con un proteccionista como Trump. Todo parece estar al revés.
En medio de este caos, el caso de la familia Bibas, secuestrada y asesinada por Hamas, genera una escasa indignación en la sociedad. Es vergonzoso que no haya una respuesta más contundente. Un sector nacionalista y ultraconservador, que tiene raíces en el antisemitismo, parece ignorar el sufrimiento de los Bibas, mientras que los organismos de derechos humanos -que históricamente han defendido causas- permanecen en silencio.
Esto resulta aún más impactante considerando que Hamas es visto por algunos como un brazo armado del Estado palestino, lo que desdibuja la línea entre terrorismo y política.
Las organizaciones que tradicionalmente han alzado la voz por los derechos humanos no se pronuncian sobre el asesinato de un bebé argentino a manos de Hamas.
En cambio, sus últimas declaraciones se centran en deseos de buena salud para el Papa o en congreso sobre la identidad, dejando de lado una tragedia que debería conmover a todos. Mientras tanto, aquellos que ondean la bandera palestina parecen olvidar que en un régimen como el de Hamas, sus derechos y libertades no existirían.
La confusión no se limita a la izquierda. Muchos libertarios que abogan por el comercio libre exhiben un rechazo a la libertad de los cuerpos, contradiciendo su propia ideología. Esta incoherencia se muestra en las declaraciones de Milei en Davos, donde equipara a homosexuales con pederastas, lo que deja a sus seguidores en una posición complicada.
La grieta, que antes era una línea clara, ahora es una maraña de posiciones contradictorias y confusas.