Un tranvía llamado desastre: Trenes Argentinos versus Renfe y Amtrak

Adrián Simioni

Bloomberg publica hoy un dato que desnuda el grotesco del Estado argentino. Trenes Argentinos tiene casi cuatro veces más empleados por milla de vías que la española Renfe. Y tiene casi 8 empleados por milla que la estadounidense Amtrak. Ojo: Renfe y Amtrak son estatales, como Trenes Argentinos, no son privadas.

La empresa argentina podría argumentar que Amtrak tiene muchos empleados porque básicamente se dedica al transporte de cargas, no tanto de pasajeros. Pero entonces no se explica la diferencia con Renfe, muy enfocada al transporte de personas.

Los datos son importantes porque según Asap, en los primeros 10 meses del año hubo que subsidiar a los trenes estatales argentinos, que básicamente prestan un servicio exclusivo en el Amba, con 368.381 millones de pesos. Es un quinto de todos los subsidios a la electricidad y el gas para todo el país.

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¿Por qué son importantes todos estos datos? Porque alguien va a tener que meter los dedos en el enchufe en desastres inexplicables como estos. ¿Cómo se llegó a meter casi 24 mil empleados donde, cuando mucho, exagerando, se necesitan 12 mil? Los empleados de Trenes Argentinos son casi 4 mil más que todos los empleados públicos de una provincia como La Pampa, que tiene que educar, curar y dar seguridad a una provincia completa. Encima son caros, porque la capacidad de los sindicatos ferroviarios para amenazar con generar el caos en el conurbano y en la Capital Federal es incomparable a nadie.

¿Quiénes son los irresponsables, los corruptos, los indolentes, los inútiles que han desadministrado todo eso durante tantos años? ¿Cuándo van a dar explicaciones los sindicatos ferroviarios que, en el fondo, han manejado todo esto?

Todas estas cuestiones son clave. El desastre fiscal del Estado argentino no se va a resolver licuando de vez en cuando la deuda del Estado y el ahorro de los ciudadanos o desarmando el poder piquetero construido con del desvío de dinero del Estado. A todo eso hay que hacerlo. Pero hay que atacar las causas de ese desastre. Si no se cambia la ecuación en Trenes Argentinos, en cada empresa estatal, en cada provincia o municipio, en cada oficina pública, la máquina de quemar fortunas a cambio de nada va a seguir funcionando y comiéndonos el futuro. Lo sabe cualquiera. Hasta la agencia Bloomberg. Porque es algo obvio, que salta a la vista para cualquiera, menos para nosotros.

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