Un paramédico auxiliaba a las víctimas y se enteró que su hija había muerto

Ángel Garza es un asistente médico de emergencia que atendió la masacre ocurrida en la Escuela Primaria Robb de Uvalde, en Texas, este martes y, en medio de la conmoción, se enteró que su propia hija había fallecido allí. 

"Una niña estaba cubierta de sangre de pies a cabeza. Pensé que estaba herida, le pregunté qué había pasado. Me dijo que estaba bien... estaba impactada y decía que le habían disparado a su mejor amiga, que habían matado a su mejor amiga, que ella no estaba respirando", contó Garza a CNN. 

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"Le pregunté a la niña el nombre, y... ella dijo Amerie", añadió Garza mientras lloraba. 

Así fue como Garza se enteró de que su hija, Amerie Jo Garza, de 10 años, murió en esta masacre que ya se consagró como el tiroteo más mortífero en una escuela de EE.UU. en casi una década. 

Amerie había cumplido 10 años apenas dos semanas antes del ataque, y su familia le regaló su primer teléfono celular. Según contaron sus compañeros de clase, Amerie intentó llamar al 911 durante el ataque.

"Ella había anhelado un teléfono durante tanto tiempo y finalmente se lo regalamos. Ella solo estaba tratando de llamar a las autoridades, y supongo que él le disparó", contó Garza.

"¿Cómo miras a esta niña y simplemente le disparas?", continuó Garza al tiempo que abrazaba la foto. "Oh, mi bebé. ¿Cómo le disparas a mi bebé?", insistió. 

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Informe de Cynthia Zak.