Un club de fútbol le compró la casa a una mujer de 88 años que iba a ser desalojada

María Muñoz es una española de 88 años que alquila desde 1967 una casa ubicada en el barrio del Pópulo de Cádiz. Hace tiempo, recibió la noticia de que los dueños de la casa, también propietarios de una finca, querían venderla en su totalidad.

En aquel momento, le ofrecieron comprarla, pero ni María ni sus tres hijas podían pagarla y los dueños iniciaron una orden de desalojo, con fecha límite para el 27 de junio. 

A pocos días de quedar en la calle, María y sus hijas se llevaron la mejor sorpresa: la Fundación del Cádiz Club de Fútbol compró la casa por 147.000 euros.

El presidente del Cádiz CF, Manuel Vizcaíno, su vicepresidente, Rafael Contreras, y el gerente de la Fundación Cádiz CF, Pepe Mata, le contaron a María que podrá vivir el resto de su vida en esa casa, luego de pagar un depósito que asegura la compraventa y que suspende la orden judicial.

El final feliz llegó también gracias a la solidaridad tanto de los vecinos de del barrio de El Pópulo, como de entidades como el Defensor del Pueblo o Apadrina un Abuelo, que motivaron distintas movilizaciones que le dieron a conocer la historia de María.

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La historia de María

En el año 1967, María y su marido Antonio alquilaron la vivienda. En 2016, tras la muerte de Antonio, la mujer no pudo completar el trámite para actualizar el contrato de alquiler (a nombre de su marido) regulado por una ley de 1964, y quedó envuelta en conflictos legales.

Los dueños, que poseen una finca que tiene 12 casas, decidieron comenzar a venderlas con fines turísticos. Cuando llegó el turno de la propiedad de María, le dieron un plazo de dos años para encontrar otra casa.

Cuando concluyó ese periodo, iniciaron un proceso judicial que terminó con una orden de desalojo para el próximo 27 de junio. También le dieron la posibilidad de comprarla, pero ella no podía hacerlo.

El Club Cádiz CF, al enterarse de la situación, se solidarizó con la historia de María y ofreció la suma que querían los dueños de la vivienda y firmarán el contrato. Eso permitió a la inquilina convertirse en propietaria y vivir allí por el resto de sus días, pagando una suma de 97 euros mensuales.

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Informe de Adrián Cragnolini.