Para todos, precios máximos; para Aerolíneas, mínimos

Adrián Simioni

El presidente Alberto Fernández firmó anoche un decreto que es el último clavo que faltaba en el ataúd de la industria aérea, la competencia entre aerolíneas y la conectividad del interior.

¿De qué se trata? Bueno, es un decreto que le da al Ministerio de Transporte el poder de fijar tarifas aéreas mínimas. Traducido: es para que ninguna empresa privada pueda vender boletos aéreos que sean mucho más baratos que los de Aerolíneas Argentinas.

Eso había existido por muchos años y el gobierno de Mauricio Macri lo había derogado en 2016. Por eso aparecieron la low cost que bajaron drásticamente los precios, hasta que el gobierno de Alberto Fernández primero y la pandemia después liquidaron esa experiencia.

Hoy quedan sólo dos low cost: Flybondi y Jetsmart. Ambas son una molestia para Aerolíneas Argentinas porque dejan en evidencia la ineficiencia del elefante blanco estatal, caro y atestado de militantes y privilegios gremiales.

Para una aerolínea privada sobrevivir en Argentina es muy dificil.

Por empezar, hay que competir con Aerolíneas Argentinas, que recibe subsidios que alcanzarían para comprarla todos los años. Es decir: Aerolíneas podría quebrar todos los años y ser reemplazada con una nueva empresa.

En cambio, las privadas ni siquiera recibieron una asistencia equivalente en el medio de la pandemia.

El gobierno les cerró a las privadas el aeropuerto de El Palomar, lo que les permitía compensar en mínima parte el grotesco privilegio operativo de Aerolíneas en Aeroparque y Ezeiza.

En Aeroparque es notorio el ninguneo de la autoridad aérea a las privadas en el uso de mangas y en los espacios otorgados. Es obvio que el Estado incentiva que los pasajeros opten por Aerolíneas.

Las tarifas mínimas son el ultimo jalón. El mismo gobierno que les impone a los “formadores de precios” privados precios máximos en los alimentos, por ejemplo, en el mercado aéreo impone precios mínimos para garantizar el monopolio aéreo que Alberto Fernández les prometió en la campaña a los sindicatos dueños de Aerolíneas.

Una rareza: el decreto de anoche está firmado por el jefe de Gabinete, Juan Manzur, que cuando asumió Alberto fue el gobernador que le pidió no destruir un desarrollo que había beneficiado a su provincia de Tucumán.