El pasado viernes se cumplieron 83 años del adiós a Leonor Buffo Allende. Cada 6 de septiembre se produce una verdadera danza de luces sobre el fresco Elogio a la imaginación, realizado por su padre, el pintor Guido Buffo, en la capilla de la familia en Los Quebrachitos, Unquillo.
Guido Buffo diseñó el espacio de manera que cada 6 de septiembre, el retrato de su hija se ilumina justo al mediodía. La capilla está decorada por luceras esféricas de diversas medidas y tonalidades que dan paso a la luz del sol.
En Elogio a la Imaginación se encuentran retratadas las nueve musas griegas, y Leonor sostiene entre sus manos una partitura musical titulada Una Paz Inmensa. En el cuaderno que tiene en el regazo, se lee parte de uno de sus poemas: “Soñé. Soñé que tu amor ya había florecido en mí, y que toda yo no era más que una cuna llevando un capullo…”.
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El fenómeno también se produce cada 24 de marzo, cuando los rayos se filtran para iluminar en la obra Elogio al sentimiento, la imagen de la esposa de Guido, Leonor Allende. Leonor acuna en sus brazos a la hija de ambos en brazos. La escena es un homenaje al amor incondicional que trasciende el tiempo. “Hondamente conmovido he ideado estas cosas –escribió el pintor–. En estado de gracia las he pintado, mientras iba gustando su místico sentido al desengranar una a una todas las virtudes que mi esposa hizo germinar en nuestra amada hija”.
Guido Buffo se inspiró en la geometría sagrada y la sucesión de Fibonacci, presentes para él en toda la naturaleza. Estudió milimétricamente cada paso de su construcción, con el fin de que los rayos del sol ingresen por las luceras y resplandezcan en sus rostros amados.
Esto pasa todos los años, cada 6 de septiembre y cada 24 de marzo, en un paraje de Unquillo, provincia de Córdoba. Allí se encuentran la Casa Museo y la Capilla Guido Buffo.
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Una Fundación sostiene, con más corazón que recursos, este mágico lugar, con el único aporte oficial de la Municipalidad de Unquillo. Voluntarios apasionados por la historia del pintor, se ocupan de difundir y proyectar su legado.
Quién fue Guido Buffo
Guido Buffo nació en Treviso, Véneto, al norte de Italia, el 12 de marzo de 1885. Fue pintor, docente, autodidacta, apasionado por la ciencia… Una persona muy culta que dominaba cuatro idiomas: latín, español, italiano y francés.
En 1910 llegó a la Argentina y se instaló en las sierras cordobesas para realizar pinturas de paisajes. Poco después se llevó a cabo su primera exposición.
Fue profesor de Dibujo y Estética en la Escuela Gobernador José V. de Olmos, en Córdoba, y de diversas materias en la Escuela Profesional de Mujeres de Rosario. En 1924 se radicó en Buenos Aires y fue nombrado Inspector de Enseñanzas Secundarias Normal y Especial, función en la cual se jubiló, no sin antes crear el “Parque estudiantil de Montaña de Villa Leonor” en Los Quebrachitos.
Siempre buscaba perfeccionarse, experimentar, concretar acciones; tenía un gran carisma. Sobrellevó la tragedia de la muerte de los dos seres que más amó, su esposa Leonor Allende, escritora y periodista, y su hija Eleonora Buffo Allende, ambas a causa de la tuberculosis. Lo hizo sin dejar de lado proyectos, estudios, publicaciones y exposiciones.
Guido Buffo falleció a los 75 años de edad, el 13 de diciembre de 1960. Donó en vida al Ministerio de Educación todas sus tierras, donde permanecen aún hoy el Parque Estudiantil, la Casa Museo y la Capilla.
Su esposa y su hija, sus grandes musas
Leonor Allende era cordobesa. Fue la primera periodista que ejerció su profesión en Córdoba, con horario y sueldo fijo, en el diario La Voz del Interior. Allí conoció a Guido Buffo, con quien se casó en 1914 para convertirse en su musa. Falleció a los 47 años, el 24 de marzo de 1931.
Eleonora Buffo Allende, quien eligió como seudónimo el nombre de su madre (Leonor), fue la única hija del matrimonio. Nació en junio de 1917. Desde edad temprana se dedicó a la escritura. Su vida fue corta, pero intensa. Escribió Como la Flor del aire y Maravillosa Aurora, obras publicadas luego de su muerte, a los 24 años, el 6 de septiembre de 1941.
A partir de estas dolorosas pérdidas, Guido Buffo, a sus 60 años, emprendió la realización de las obras Elogio a la imaginación y Elogio al sentimiento, en homenaje a las dos mujeres de su vida, en la capilla contigua a la casa. Hoy reposan allí los restos de la familia.
Los frescos fueron realizados con la misma técnica que utilizó Miguel Ángel en la Capilla Sixtina. Artistas locales están colaborando en su restauración.
Para este y otros proyectos (como la restauración de la Estación Geofísica Tripendular y del prisma del faro de la capilla) la Fundación solo cuenta con el aporte de colaboradores y de aquellas personas que admiran la obra de Guido Buffo. Ayudan también las colaboraciones que se reciben por las visitas guiadas y las ventas de la Tienda Guido Buffo, donde artesanos locales exhiben y comercializan sus productos.
Se pueden realizar visitas guiadas, previa reserva al siguiente número de WhatsApp de la Dirección de Cultura y Turismo de Unquillo: 3543 610255. El bono contribución es de $1.500.
El viernes recibieron al equipo de Rony en Vivo la presidente de la Fundación, Karina Rodríguez, la Directora de Cultura y Turismo de Unquillo, Ivana Chacón; Marta del Prete, una de las guías, y Viviana Parodi, que está a cargo de la tienda.
