3 opciones dulces para regalar y disfrutar en Córdoba

1- Mandala Cakes (Obispo Salguero 479)

Este rincón es como llegar al cielo: no sólo por lo cálido del espacio, sino también por las heladeras repletas de tortas que combinan los sabores más exquisitos. Oreo doble, Cocada, Ganesha, Cabsha y Marquise son algunas de las joyitas que se pueden probar en Mandala. Una recomendación: la Hopie (tiene chocolate blanco, dulce de leche, crema y maracuyá).

Mariana Asan visitó Mandala y eligió una bomba de chocolate blanco.

Mandala es el furor de Córdoba: la gente hace fila en la puerta para llevarse su porción. El local merece un párrafo aparte: es un espacio muy cálido, lleno de detalles que merecen la pena detenerse un ratito y observar. El packaging es una hermosura.

2- Ególatra 

La oda al chocolate tiene nombre y se llama Ególatra. Trabajar con chocolate es un arte y esta marca realza esta idea. Desde sus finas barritas de chocolate con avellanas, maní o rellenas de dulce de leche hasta sus alfajores de nuez, todo es una experiencia de sabor única. Si bien no hay local a la calle, las cajas se pueden pedir por Whatsapp y retirarlas en el lugar a donde toda la magia sucede.

Flor Ferrero y Fran Reale visitaron el lugar y probaron algunas delicias.

Ególatra es una apuesta de dos hermanas que tuvieron que dejar parte de sus vidas y dedicarlas de lleno al chocolate. Una joyita: el alfajor de nuez o el alfajor de chocolate que fue elegido como el mejor del país en 2019.

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3- La Paila (Duarte Quirós 187)

Si se trata de historia, este lugar tiene una y de larga data junto a la producción de alfajores, dulces y confituras. Cada producto que lleva la marca de La Paila tiene el sello de la experiencia y de una vida en la cocina. Una de las premisas de este lugar es recuperar las recetas de la familia que no sólo vive en Córdoba, si no en todo el país. 

Flavia Dellamaggiore visitó La Paila y se quedó con los alfajores cordobeses.

Se pueden encontrar alfajores cordobeses, yemitas, productos de delicatessen de la Patagonia y decenas de delicias más que conforman un crisol gastronómico de todo el país. Los alfajores cordobeses son una de sus joyitas: están elaborados de forma casera sin conservantes y con una frescura única, como recién sacados del horno.