El restorán que volvió a encender el fuego de la zona norte

Por Yeny Ortega Benavides.
Fotos: Franco Reale.

Yesca es el nombre que recibe cualquier tipo de materia que se usa para encender el fuego. El nombre no podía ser más acertado para un restaurante que nació con ese firme propósito: reavivar la chispa de los locales gastronómicos de la zona norte de la ciudad de Córdoba.

Ubicado en la Avenida República de China al 1420, en el complejo Acaece de Valle Escondido, Yesca nació hace aproximadamente un año y medio, cuando comenzaron las flexibilizaciones de la pandemia del coronavirus.

Está ubicado en el mismo local donde antes funcionaba La Carnería. El espacio ahora cuenta con nuevos dueños, una carta más amplia y completamente renovada, y el foco puesto en el impecable cuidado de cada detalle.

“Siempre nos gustó pensar que somos esa chispa, el origen donde arranca todo”, dijo a Descubrí Sabores, Daniel Grabois, uno de los dueños y chef ejecutivo de Yesca.

El salón principal es amplio y con una decoración exquisita basada en la madera y el metal.

Tiene una capacidad para 80 cubiertos. Afuera, una galería con amplio jardín y espacios pensados para carnes a las llamas, pueden recibir a unos 30 comensales más. La mayoría de ellos, familias que valoran el aire libre y los mediodías soleados los fines de semana.

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El fuego es el gran protagonista, la columna vertebral sobre la que se erige la propuesta gastronómica de esta casa de asados.

Con una imponente parrilla a la vista, la noche invita a iniciar la experiencia con la elección de alguno de los vinos de la cava del restaurante, modesta (con capacidad para aproximadamente 50 etiquetas de diferentes regiones de la Argentina), pero con vinos de gama media alta y alta, lo cual da una idea del perfil de comensal para el que Yesca está preparado.

Optamos por un clásico: Zuccardi Serie A Malbec.

A la mesa llega el appetizer. Una linda novedad es que la propuesta nos saca de la típica panera con salsita, para ofrecernos una focaccia con el más perfecto hummus de garbanzo que jamás hayamos probado (impecable en textura y acidez).

Como entradas, empanadas de matambre cuya masa se roba los suspiros de toda la mesa.

Provoleta con verduras asadas.

Y también unos hongos salteados.

La carta es muy completa y variada, pero el fuerte son las carnes. “Tenemos todo tipo de cortes vacunos, cerdo y de vez en cuando metemos cabrito y algunas otras cositas. De pescados tenemos salmón, pacú, langostinos y trucha, dependiendo la temporada”, detalló Daniel.

Optamos por una entrañita con papas y verduras asadas.

Brochettes de langostinos con salsa de lima.

Y cerramos un ojo de bife con hueso acompañado de batatas fritas.

Aunque parezca simple, las carnes a la parrilla son una ciencia que encuentra en los parrilleros de Yesca su máxima expresión. La suavidad, el punto de la carne, ese gustito inigualable de la leña y un emplatado perfecto fueron los puntos fuertes en los tres platos. Un 10 para cada uno de ellos.

Para quienes prefieren otras alternativas distintas a las carnes, encontrarán una amplia variedad de pastas, ensaladas e, incluso, entraditas que perfectamente juegan bien de principal.

Para el cierre, tres postres clásicos: volcán de chocolate.

Peras al Chardonnay con crema.

Y los infaltables higos con peras y queso brie.

Los precios son más que razonables. Una cena con entrada, principal, postre y vino cuesta entre unos $2.800 a $3.500 por persona.

Yesca atiende a su público de martes a sábado a la noche, y de martes a domingo al mediodía. En la semana ofrece también la opción de menú ejecutivo y algunas cenas con maridaje para grupos reducidos.

Es un verdadero placer pensar en que hoy hay un lugar en Córdoba donde se puede comer buen asado sin resignar los detalles, la atención, el buen gusto y los buenos vinos. Yesca lo hizo posible.

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