Texto y fotos Carola Cinto
Hay sinergias que son simplemente perfectas. Se trata de la combinación de dos actividades o proyectos que, si bien funcionan por separado, lo hacen mucho mejor cuando están juntos.
Y eso es lo que se da entre Alquimista, una marca de gin que nació en Córdoba y que se vende al mundo; y La Formaggeria, un emprendimiento cordobés que comercializa quesos de todo el país. Juntos brindan una experiencia que resulta sumamente placentera para los visitantes que llegan hasta Campo de Flores y que disfruten del buen comer y el buen beber.
Este predio está ubicado camino a Río Ceballos y hoy es el lugar donde Alquimista instaló su nueva destilería. Luego de estar algunos años en un pequeño local de zona Norte encontró en este lugar, a la vera de la Ruta E53, su verdadero hogar.
La experiencia resulta placentera desde el primer momento que el visitante se adentra por el camino de tierra que lleva hasta la puerta de la propia destilería. Se trata de un galpón que solía ser un criadero de pollos y que hoy combina arte, ciencia y placer.
"Cuando buscamos lugares para mudarnos, descubrimos este emprendimiento. Nos gustó y decidimos hacer sinergia. La idea es generar un momento de disfrute", contó a Descubrí Sabores, Virginia Sahade, co-creadora de Alquimista. Ella, junto a su pareja Gian Della Vedova, trajeron esta idea de Suiza, lugar en el que vivieron 5 años. En el lugar funciona también un campo donde se cosechan flores para armar ramos, una casa de té y un estudio de diseño.
La semilla
La idea de hacer gin surgió cuando Vir y Gian estaban en Suiza. Gian es ingeniero químico y fue quien se apasionó en primer lugar con la idea de empezar a destilar en su casa. "A mi se me ocurrió comprar un alambique chico para jugar y destilar en mi casa. Después compré uno más grande y le propuse a Vir que nos pusiéramos una destilería", comentó.
Esa semilla comenzó a germinar una vez que regresaron a Córdoba y decidieron emprender con la convicción que su proyecto tenía potencial. Alquimista fue de las primeras destilerías del país y una de las únicas que tiene sus puertas abiertas al público. Hoy el producto se vende en diferentes provincias y ya comenzó a exportarse a otros países.
Al ingresar a la destilería de Alquimista, el visitante podrá contemplar desde un espacio amplio y vidriado cómo se produce la bebida, sin igresar al propio espacio de producción ya que el producto tiene que estar sumamente controlado para que no pierda calidad.
"El gin tiene mucho de ciencia, pero también de arte. Es un destilado de alcohol con aroma predominante a enebro, una materia prima que es muy típica del Hemisferio Norte", agregó. El enebro es una especie de fruto que proviene de un árbol que se combina con otros aromas de frutas, verduras o especias.
Para la elaboración del mismo, se utilizan dos alambiques donde se coloca alcohol de cereal, enebro, coriandro, cáscara de pomelo, pepino, cardamomo y clavos de olor. Estas aromáticas se destilan y se condensan para obtener un primer producto que tiene un 80% de graduación alcohólica. Luego se agrega agua para rebajar y obtener el producto final.
"Los alquimistas eran pseudocientíficos. La ciencia surgió unos 500 años después y ellos eran una mezcla de médicos, brujos y artistas. Y eso es un poco lo que queríamos expresar con nuestro gin", comentó Gian.
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Una sinergia perfecta
La visita a la destilería de Alquimista se completa con una degustación de quesos de La Formaggeria, otro proyecto cordobés que surgió hace algunos años en Córdoba. Se trata de una tienda de quesos, ubicada en Bv. Chacabuco 690, que selecciona productos de primera categoría de todo el país y los comercializa.
"La idea fue transmitir lo que nosotras vivimos desde niñas de nuestra vida en el campo y en relación constante con un entorno de elaboración de productos genuinos", dijo a Descubrí Sabores, Candela Brunetto una de las tres hermanas que crearon este emprendimiento.
Ella es la cuarta generación de una familia que siempre se dedicó a producir quesos artesanales. Escálugiu es la marca que nació en 1927 y que hoy continúa funcionando en un campo de Carrilobo, cerca de Villa María.
"La Formaggeria no elabora los quesos, pero sí los reúne, incluidos los quesos de nuestra familia. Elegimos pequeños productores del país que sabemos que utilizan ingredientes genuinos", agregó Candela, quien es ingeniera agrónoma. Según su propia descripción, los quesos se elaboran principalmente con leche, fermento y cuajo con diferentes temperatura, acidez, madurez y coagulación que es lo que los hace diferentes.
La experiencia de maridar gin y quesos nació justamente con una caja en la que La Formaggeria incluía diferentes tipos de quesos, una botella de Alquimista y un par de recetas de cócteles para que cada familia pueda practicarlo en su casa, sobre todo durante la pandemia.
Hoy esa caja se transformó en una visita guiada por la destilería con la posibilidad de probar una variedad de quesos infinita, degustar algunos tragos elaborados por Pablo Bianchi, jefe de barra; y conocer cómo se produce una de las bebidas más consumidas en el mundo.
"Más allá del queso y el gin, sentíamos que apuntamos a lo mismo. Somos emprendimientos familiares, tenemos los mismos valores y queremos lo mismo. Ellas buscan fomentar la cultura del queso y nosotros la del gin", señaló Vir Sahade.
Al igual que el sabor de los quesos y los tragos, la identidad de ambos proyectos se complementan a la perfección. Ya sea por coincidencias, casualidades o la magia de algún brujo, Alquimista y La Formaggeria tienen una sinergia que se traduce en una experiencia inolvidable.
Datitos: desde junio, la destilería comenzará a recibir al público en visitas guiadas y talleres de coctelería a cargo de Pablo Bianchi. Todas estas experiencias serán con maridaje gin & cheese.
Contacto: Instagram Alquimista, Instagram La Formaggeria
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