La historia del postre más famoso del mundo

Por Yeny Ortega Benavides.

Pocas delicias son tan internacionalmente conocidas y compartidas como el helado. Prácticamente podríamos afirmar que no hay rincón en el mundo donde lo desconozcan o no se comercialice.

También es cierto que pocas recetas tienen una historia tan incierta, aunque casi todos coinciden en que esta maravilla surgió de la antigua mezcla de nieve, frutas y miel, agregándole con el tiempo lácteos y mejorando su técnica de elaboración.

Se cree que en el año 2000 A.C. ya existía una “versión” de lo que hoy se conoce como helado. Por aquella época, constaba de una bola de arroz, mezclada con leche y especias, que se ponían debajo de la nieve para que se congelara antes de consumirlo.

Otros cuentan que, en China, en el año 600 A.C, el emperador Tang de la Dinastía Shang, mezclaba grandes cantidades de hielo con leche. La receta habría pasado de ahí a la India y a Persia, donde le agregaron especias como la canela. Luego, el secreto habría viajado hacia Grecia y Roma, cuyos aportes habrían estado relacionados con cambios en la textura.

Por otro lado, se cree que Alejandro Magno ordenaba a sus empleados traer nieve de las montañas, a la cual le agregaba miel y néctar de frutas, y la hacía servir al final de las cenas que ofrecía a sus invitados. Nerón también acostumbraba algo similar.

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Cuenta la historia que en el siglo XIII el navegante Marco Polo llevó a Italia estas recetas.

Más tarde, cerca del año 1660, el siciliano Francesco Procopio Dei Coltelli, habría inventado una máquina que homogeneizaba el azúcar, el hielo y las frutas, dando como resultado una crema similar a la que hoy conocemos. Es por eso que es considerado el padre del helado.

Tiempo después, Procopio quien abrió en París el Café Procope, centro de reunión de artistas e intelectuales que consumían el producto, y que contribuyeron a su popularización.

Otro italiano, Filippo Lenzi, fue quien a finales del siglo XVIII abrió la primera heladería en Estados Unidos desde donde la delicia se hizo conocida para el mundo.

Hoy, cada país prepara y comercializa su propia versión de helado, combinándolo con los productos y sabores locales más representativos de cada región.

Granizado, sorbete, al agua o a la crema. Para refrescarse en verano o consentirse en invierno, en familia, solos o con amigos, no hay nada como un delicioso helado. Larga vida y feliz Día Mundial a esta delicia, sea cual sea su verdadero origen.