"Chiqui" Tapia y el racismo rampante de la Argentina
15/04/2025 | 10:57Redacción Cadena 3

¿Escucharon a "Chiqui" Tapia? En una reciente entrevista con Pedro Rosemblat, el presidente de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) abordó el polémico tema del campeonato con 30 equipos, pero lo que realmente me llamó la atención fue su reflexión sobre un aspecto que trasciende el fútbol: el racismo en Argentina.
Este es un tema que, a pesar de estar presente en nuestra sociedad, rara vez se discute abiertamente. Vemos muchas películas y relatos sobre el racismo en otros países, pero aquí, en Argentina, parece que lo damos por sentado.
En la entrevista, Tapia mencionó que se sintió subestimado, y su explicación es reveladora. Dijo: "A veces no vas primero porque te comparan por tu esencia, por dónde salís".
Es claro que la percepción que se tiene de él, basada en su origen y apariencia, influye en cómo es tratado en su rol. La comparación con líderes de otras federaciones, a menudo rubios y de contextura diferente, resalta una clara discriminación. "Si a mí me comparan con el presidente de la federación alemana o española, yo no soy rubio, no soy yo soy lo que soy y me siento muy capaz", afirmó Tapia, dejando en evidencia la falta de reconocimiento de su capacidad por su origen y características físicas.
La discriminación que enfrenta Tapia es un reflejo de un problema más amplio en nuestra sociedad. Él mismo reconoció su pasado como recolector de basura, un trabajo que, en lugar de ser valorado, a menudo es menospreciado.
Este tipo de estigmatización está muy extendido en Argentina, donde se juzga a las personas por su apariencia o su origen social. Es un fenómeno que no se discute lo suficiente.
Además, Tapia también se refirió a las críticas hacia su familia, mencionando que su esposa y su hija fueron objeto de burlas y descalificaciones.
Esta situación es un claro ejemplo de cómo el racismo y la discriminación se manifiestan en nuestra sociedad, especialmente hacia aquellos que no encajan en los moldes impuestos. Por ejemplo, a la hija de Hugo Moyano se la ha descalificado por su piel, lo que muestra la crueldad de estos juicios basados en lo superficial.
Es importante señalar que estamos en un contexto donde ciertos discursos de odio están cobrando fuerza, impulsados por el ascenso de la derecha en la política argentina.
La retórica del actual presidente, Javier Milei, abrió compuertas que permiten la expresión de ideas racistas y discriminatorias. Este fenómeno no solo exhibe una falta de humanidad, sino también una profunda ignorancia. La falta de empatía hacia el otro se nota en las palabras de quienes se sienten legitimados para expresar tales opiniones.
Sin embargo, también es importante reflexionar sobre cómo el discurso de la discriminación puede ser utilizado como un salvoconducto. Cuando alguien que fue discriminado utiliza su experiencia para justificar acciones cuestionables, se corre el riesgo de trivializar el verdadero sufrimiento de quienes enfrentan la discriminación a diario.
Es necesario que este tipo de experiencias no se conviertan en una excusa para evadir la responsabilidad por las prácticas opacas que caracterizaron al fútbol argentino.
La AFA estuvo envuelta en controversias, desde la relación con los barrabravas hasta la falta de transparencia en su gestión. Cuando Tapia mencionó su experiencia de discriminación, no debe servir como un escudo para evitar cuestionamientos sobre la administración del fútbol en Argentina. La crítica debe ser constructiva y no debe ser vista como un ataque personal.