El fiscal va a sostener la acusación contra Macarrón

Juan Federico

Quince años, tres meses y 19 días. El tiempo que ha transcurrido desde aquella lluviosa madrugada del 25 de noviembre de 2006, cuando Nora Raquel Dalmasso fue estrangulada en su casa de Villa Golf, en la ciudad de Río Cuarto. 

La mataron a traición, con alevosía, mientras dormía, aseguró este martes el fiscal Julio Rivero, quien sostendrá durante el juicio la imputación contra el viudo Marcelo Macarrón, acusado de haber encargado el crimen. 

Tras 5.589 días, la Justicia de Córdoba no tiene ni la más remota idea de quién pudo haber matado a Nora. 

Cinco fiscales, cuatro imputados y cinco hipótesis bien distintas se sucedieron en esta década y medida perdida. Rivero tuvo un fuerte componente de perspectiva de género en su presentación ante los jurados populares. 

A Nora, dijo, la mataron a traición. Pero luego, la volvieron a matar. "La mataron con el mote de Norita, con el apodo de congresista, con el juego de la llave, con la remera que decía 'Yo no estuve con Norita'", fustigó el fiscal. 

Rivero marcó una fecha: el 25 de noviembre está fijado como el Día Internacional de la Eliminación contra todo tipo de Discriminación y Violencia contra la Mujer. 

Ese día, mataron a Nora y comenzó una mutilación mediática y social sobre su cadáver que aún avergüenza. 

"Nora Dalmasso pasó a ser Norita. Hace 15 años que Nora Raquel Dalmasso no descansa en paz, porque no la hemos descansado en paz. Si Nora Raquel Dalmasso descansa en paz, la Justicia de Córdoba va a descansar en paz", subrayó Rivero en lo que puede leerse, también, como la primera autocritica de la Justicia cordobesa por el papelón judicial que ha significado este caso. 

Tras mostrar una pintura de Caín y Abel, Rivero se preguntó en voz alta si Marcelo Macarrón la pudo haber asesinado a 1.500 kilómetros de su casa, ya que al momento del crimen él estaba en Punta del Este, Uruguay, participando de un torneo de golf con amigos. No, se respondió. Y continuó: ¿Pudo participar de un homicidio estando a 1.500 kilómetros de su casa? Sí, respondió esta vez y avaló de esa manera la idea de que pudo tratarse de un crimen por encargo.