Firmenich a indagatoria: la historia regresa para pedir justicia

Sergio Suppo

La Sala 1 de la Cámara Federal de Buenos Aires, integrada por los jueces Leopoldo Bruglia, Mariano Llorens y Pablo Bertuzzi, decidió reabrir la causa del atentado en el comedor de la Policía Federal, un suceso trágico ocurrido el 2 de julio de 1976. Este atentado, llevado a cabo por Montoneros, dejó un saldo de 24 personas muertas, la mayoría efectivos de la Policía Federal.

En su momento, entre los acusados se encontraba Mario Firmenich, un nombre que resuena en la memoria colectiva como un líder montonero, pero que también representa la sombra de un pasado violento. Firmenich, a quien vimos presentado en un documental sobre el Mundial '78 como un dirigente político, es responsable de centenares de muertes en la década del '70. Hoy vive como jubilado docente en España, mientras otros involucrados, como Horacio Verbitsky, también tienen su historia marcada por el terror y la violencia de aquellos años.

El joven José María Salgado, un militante de Montoneros que trabajaba en la Policía Federal, fue parte de esta historia trágica. Salgado, de tan solo 21 años, terminó asesinado en la ESMA, uno de los centros de detención más infames de la dictadura. 

La decisión de reabrir esta causa es un paso significativo, ya que se había declarado prescripta hace 30 años, lo que implicaba que no se podía juzgar más a los responsables.

Las palabras de los jueces son reveladoras. El juez Llorens apuntó en el fallo que "las atrocidades de unos no neutralizan los crímenes de otros". Este fallo resalta también la importancia de no caer en la simplificación de la historia. Durante los 20 años de hegemonía kirchnerista, se intentó presentar a los militares como los únicos culpables, mientras que las organizaciones terroristas fueron retratadas como luchadores sociales. Esta narrativa interesada ha distorsionado la realidad de un país que sufrió tanto por el terrorismo como por la represión.

No se trata de justificar ni equiparar el dolor causado por ambos lados, sino de reconocer que ambos generaron un ciclo de violencia que dejó profundas heridas en la sociedad argentina. A principios de la década del 2000, se reabrieron las causas contra los militares, pero se intentó cerrar las que involucraban a los terroristas. Este fallo tiene un carácter histórico porque reabre un caso emblemático de ataque terrorista en Argentina.

La decisión de la Cámara de indagar nuevamente a Firmenich y a sus cómplices es un acto de justicia que, ojalá, permita que se haga luz sobre un episodio tan doloroso de nuestra historia. Este es un momento que debemos leer en tiempo presente, recordando que, aunque hayan pasado 48 años, las heridas aún son palpables y la búsqueda de justicia sigue vigente.