¿Pueden abaratarse los costos tras la eliminación del impuesto PAIS?

Claudio Zuchovicki

Hablemos de la quita del impuesto PAIS y su impacto en la economía argentina. Este tema genera mucho debate, especialmente en el contexto de los viajes al exterior. 

Sin embargo, es importante entender que la baja de este impuesto no es el único factor que influye en el costo de viajar. La comparación del valor del dólar y el costo de los viajes en dólares también juega un papel fundamental. 

El impuesto PAIS actúa como un condimento más en esta compleja mezcla. Aún así, sigue siendo más conveniente pagar con dólares o a través del dólar MEP, aunque el costo de usar el dólar "tarjeta" disminuyó. 

De todas maneras, estamos hablando de una diferencia significativa: $1.350 frente a $1.150. Este aspecto refleja un impacto más profundo relacionado con el valor de los activos en dólares en Argentina, en comparación con los países vecinos.

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El segundo impacto que debemos considerar se relaciona con las importaciones. Desde su implementación, el impuesto PAIS recaudó aproximadamente tres puntos del PBI en los últimos cinco años. 

Argentina dejó de recaudar cerca de 1,2 puntos del PBI. Esta situación tiene un efecto directo en el costo de los productos importados, que no se limitan a lo que uno puede comprar en un supermercado, sino que incluyen insumos, maquinarias y fertilizantes, elementos que son esenciales para la producción local. 

Es evidente que, aunque algunos productos se fabriquen en Argentina, muchos de sus componentes son importados. La incidencia de este impuesto es notable, y cuando Argentina restringía las importaciones, esto generaba escasez de productos, un fenómeno que todos los argentinos experimentamos.

Por lo tanto, la expectativa es que la eliminación del impuesto PAIS pueda abaratar un poco los costos, aunque no de manera directa. La idea es que, al mejorar la rotación de mercancías y aumentar la recaudación a través del crecimiento económico, se pueda compensar la pérdida generada por el impuesto. 

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Es fundamental que, en el futuro, se continúe con la baja de otros impuestos, como el impuesto al débito, al crédito y las retenciones, para que realmente se reduzca el costo de vivir y producir en Argentina. Muchas veces, los altos precios en dólares no se deben únicamente al valor del dólar, sino a los costos adicionales que enfrenta cualquier industria nacional.

Ahora, surge la pregunta sobre cómo afecta esto a quienes producen en Argentina. Aquellos que tienen un complejo hotelero o un negocio local seguramente celebran la baja del impuesto, pero también enfrentan sentimientos encontrados. Durante toda la temporada y a lo largo del año, deben lidiar con la competencia, que a menudo proviene de un entorno impositivo más favorable en otros países. En Argentina, los costos son más altos, y aunque en Brasil también enfrentan un costo laboral considerable y un IVA elevado, su economía presenta un esquema más estable.

Es importante mencionar que proteger la industria local no siempre se traduce en beneficios para el consumidor. A veces, cuando se habla de devaluar para aumentar la competitividad, el resultado puede ser que los salarios se reduzcan a niveles insostenibles, lo que termina afectando al consumidor. 

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Cuando se busca proteger a una industria, en realidad se está diciendo al consumidor que compre productos más caros en Argentina, lo que no es una solución sostenible. 

El verdadero desafío para Argentina radica en encontrar formas de desregular la economía y reducir impuestos, de modo que se impulse el crecimiento del país. Como dijo el propio Gobierno, es clave que el aumento en la recaudación se destine a aliviar la carga sobre la actividad privada, permitiendo que esta sea más eficiente y competitiva.

La eliminación del impuesto PAIS tiene efectos significativos en distintos ámbitos, desde el costo de los viajes hasta la producción local. La clave está en encontrar un equilibrio que permita a Argentina ser más competitiva en el mercado global, sin sacrificar el bienestar del consumidor.

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