Fueron 13 días de una fuga con ribetes insólitos. Desde la mañana del miércoles 29 de diciembre hasta la siesta de este lunes 10 de enero, cuando al fin la Policía logró atraparlo.
Javier "el Chino" Frede (36), acusado de ser uno de los dos "pilotos" del drone narco con el que introducían droga en el interior de la cárcel de Cruz del Eje, protagonizó una historia criminal que mantuvo en vilo entre fines de 2021 y principios de este año al norte cordobés.
Un prófugo que, sin proponérselo, dejó al descubierto graves falencias estructurales en el aparato policial de Cruz del Eje.
Esta historia comenzó a escribirse en abril del año pasado, cuando el Servicio Penitenciario de Córdoba denunció que había detectado que delincuentes ingresaban drogas al interior de los pabellones de la cárcel de Cruz del Eje utilizando un drone. La cocaína, la marihuana y las pastillas viajaban en bombuchas que eran arrojadas a un patio cercano a las celdas, desde donde los presos las arrastraban con un pedazo de hierro. Adentro, el valor del estupefaciente se multiplica varias veces con respecto a su precio en el mercado ilegal de los barrios.
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El pasado martes 28 de diciembre, Día de los Inocentes, el fiscal antidrogas Raúl Ramírez ordenó una serie de allanamientos en esa ciudad. Frede y un joven de 27 años fueron detenidos, acusados de llevar la droga al penal a través de un drone.
En el operativo se secuestró el aparato volador, además de 600 gramos de marihuana o otros elementos. Frede no fue fácil de atrapar: apenas advirtió el despliegue de los agentes encapuchados de la Fuerza Policial Antinarcotráfico (FPA), empezó a correr por un descampado. Varios metros después, fue capturado.
Durante los mismos procedimientos, se allanaron las celdas de los presos Facundo Tottino y Darío Tisón, en la cárcel de Cruz del Eje. Ambos están presos acusados de integrar una violenta banda de ladrones que ejecutó diversos asaltos a mano armada en el valle de Punilla. Tottino, además, cuenta con otro renglón importante en su prontuario: en 2015 tomó de rehenes a 24 personas en un supermercado ubicado entre Valle Hermoso y La Falda.
Tras aquel caso, había quedado preso, momento en el que una hermana fue sorprendida intentado ingresar droga en el penal. Volvió a la calle, empezó a asaltar junto a una banda y otra vez cayó preso.
Su madre, Liliana Contreras (60) fue detenida dos días después de los allanamientos en Cruz del Eje, el jueves 30 de diciembre último, en La Cumbre. La mujer, que fue concejal en esa localidad por Unión por Córdoba y que supo desempeñarse como maestra jardinera, fue acusada como la supuesta líder de esta banda que llevaba drogas a la cárcel en un drone.
Pero un día antes, el miércoles 29, Frede escapó de la comisaría de Cruz del Eje, donde lo habían alojado de manera provisoria. Un video que Cadena 3 publicó en exclusiva reveló lo burdo de esa fuga: en medio de una salida recreativa al patio, aprovechando que no había guardias policiales en ese momento, trepó un portón y saltó a la calle.
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El fiscal Raymundo Barreras terminó por imputar a dos policías, a los que acusó de favorecer la fuga por negligencia.
En la Justicia de Cruz del Eje fueron varios los que miraron un poco más allá y dejaron en claro que esa dependencia no contaba con las medidas mínimas de seguridad que se requieren para alojar a detenidos. "Más allá de la responsabilidad de estos policías, acá hay un problema de fondo más grave", admitió un experimentado funcionario judicial de la zona.
Comenzó en ese momento, una huida desesperada. El jueves 30, vecinos y comerciantes de Deán Funes denunciaron que vieron a Frede llegar en un Peugeot 207 destartalado. El prófugo no tuvo más remedio que frenar en esa ciudad, ya que se le había roto el embrague. Fue a talleres mecánicos y comercios de repuestos para pedir que se lo arreglaran, pero nadie le hizo caso: ofrecía como pago su par de zapatillas.
Los vecinos relatarían un dato clave: no tenía los cordones. O sea, eran las mismas zapatillas que tenía en la comisaría, ya que cuando una persona es llevada detenida, por normas preventivas, se le quitan los cordones.
Cuando se dio cuenta de que nadie le iba a arreglar el auto, Frede le dijo a un mecánico que se lo dejaba a cambio de 500 pesos. "Tengo que ir de urgencia a Cosquín", se excusó. Al final, desapareció de allí antes de que llegara la Policía.
La búsqueda se extendió más de la cuenta. Desesperado y sin recursos, Frede no fue una presa fácil de atrapar para la Policía. Trece días después, en la tarde de este lunes, el prófugo se terminó por entregar en la misma ciudad de Cruz del Eje.
Fue su familia la que terminó por pedirle que dejara de escapar. La fiscal de feria Fabiana Pochettino había ordenado una suerte de "asfixia" a su círculo íntimo: allanamientos casi diarios en los domicilios de los hermanos y otros parientes. "No nos dejan vivir, nos allanan todos los días, por favor, entregate", le suplicó una hermana cuando Frede llamó el domingo. Y así, junto a su abogada defensora, se acordó que el lunes a la tarde se iba a entregar, algo que finalmente sucedió.
Mientras se anunciaba su detención, otra noticia policial impactaba en Cruz del Eje. La jefa de Policía, Liliana Zárate, acababa de anunciar el relevo del jefe de la Departamental de esa ciudad, Walter Frías, quien fue reemplazado por la comisaria Paola Praniuk. Pese a que a nivel oficial no hubo mayores comentarios, nadie dejó de unir este cambio al más alto nivel de la Policía de esa ciudad con la escandalosa fuga de Frede.
Se trata del segundo cambio en Departamentales de la Policía en sólo horas. El domingo, luego de un violento operativo policial en las afueras del predio donde se desarrolla el Festival de Doma y Folclore de Jesús María, se decidió que el comisario Manuel Vera fuera desplazado como jefe de la Departamental Colón. También fue una mujer la que ascendió en su lugar, la comisaria Bibiana Mercedes Cabrera.
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