Cómo ocurrió el asalto fatal en la forrajería

Juan Federico

Ocurrió el viernes pasado, al atardecer, en un comercio de venta de celulares y aparatos electrónicos en la zona de Villa Esquiú. Hasta allí llegaron dos ladrones armados, que coparon el local y apuntaron al dueño y a los clientes. Entre estos últimos se encontraba una mujer que fue despojada de sus pertenencias: celular, cartera y dinero. De adentro del bolso los ladrones sacaron la llave del auto de ella, un Ford Focus que estaba estacionado en la calle, y se lo llevaron.

En este mismo vehículo, ya con la patente cambiada, al menos tres ladrones llegaron este martes hasta una forrajería ubicada en Donato Álvarez al 7700. Estacionaron adentro del predio y se bajaron para comprar una bolsa grande maíz. Cuando el empleado les traía el pedido, sacaron a relucir sus reales intenciones: le apuntaron con un revólver calibre 22 y le indicaron que ingresara en el local. Allí, estaba la dueña, a la que obligaron a entregarles la recaudación. El monto llamó la atención de los investigadores, por lo exiguo. Un dato fallido o que directamente estaban robando al voleo.

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Lo concreto es que más al fondo del comercio, detrás de un mueble, estaba el hermano de la dueña, que primero creyó que todo se trataba de un chiste. Luego, al darse cuenta de que el asalto iba en serio, tomó su pistola y decidió enfrentar a los delincuentes. El hombre tiene habilitada la tenencia de armas de fuego. Ante los policías y el fiscal Ernesto de Aragón dijo que cuando les dio la voz de alto, el ladrón que llevaba el arma le gatilló.

Para generar su propia versión, el fiscal ya ordenó secuestrar las cámaras de seguridad del comercio.

Lo concreto es que pronto se oyeron los balazos. Según un registro preliminar, sólo alcanzó a disparar el comerciante. Uno de los ladrones cayó abatido en la puerta del local. Otro, llegó casi arrastrándose hasta el auto, pero quedó muerto en el asiento del conductor, antes de lograr arrancar. El tercero, pudo escapar.

Al lado del primero se secuestró el revólver calibre 22.

Entre las ropas de los dos presuntos ladrones abatidos, se encontraron unas facturas y otra documentación que ahora está siendo analizada para intentar identificarlos. Se cree que pueden ser vecinos de la zona.

A sólo cinco cuadras de allí, hace 10 días una joven de 22 años fue asesinada por motochoros que le dispararon para robarle la moto frente a un quiosco.

Los vecinos vienen denunciando desde hace tiempo que es ese vasto recorrido de la zona noroeste de la ciudad de Córdoba hace ya mucho que el combo marginalidad-drogas-armas ha generado una dinámica social violenta e insegura. Una formación social que desnuda múltiples carencias.

A todo esto, el comerciante fue fichado y ahora el fiscal De Aragón debe decidir si a la imputación por homicidio le anexa la legítima defensa. De ser así, quedará en libertad.