Declaró Dalma Maradona: "Mi papá no estaba bien, pero no nos escucharon"
La hija mayor del astro rompió el silencio y apuntó contra los responsables de cuidar su salud: "Nos prometieron enfermeras 24 horas, acompañantes terapéuticos, una ambulancia y eso nunca pasó".
15/04/2025 | 19:49Redacción Cadena 3
A cuatro años de la muerte de Diego Armando Maradona, su hija mayor, Dalma, rompió el silencio en un testimonio judicial cargado de dolor, bronca y amor.
Entre lágrimas, la primogénita del astro del fútbol recordó las últimas semanas de vida de su padre, las advertencias desoídas sobre su deteriorado estado de salud y la desidia del equipo médico que, según ella, podría haber evitado la tragedia.
Sus palabras, pronunciadas ante los jueces que investigan la responsabilidad de los profesionales imputados por el fallecimiento de Diego, pintan un cuadro de negligencia y abandono que sigue resonando en el corazón de los argentinos.
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El juicio. "Stinfale le prohibió a Luque que opere a Maradona”, dijo Burlando
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Dalma relató cómo, junto a su hermana Gianinna, había alertado repetidamente al equipo médico de Maradona —encabezado por el neurocirujano Leopoldo Luque, el psiquiatra Agustín Cosachov y el psicólogo Carlos Díaz— sobre el preocupante estado de su padre.
“Le habíamos dicho que no lo veíamos bien. Caminaba mal, a veces lo sentíamos perdido, nos llamaba por videollamada y no entendíamos lo que decía”, aseguró. Sin embargo, según su relato, los profesionales minimizaban los síntomas, atribuyéndolos a “semanas buenas y malas” y asegurando que Diego estaba “bien” y “medicado”.
El punto de inflexión, según Dalma, llegó durante el último cumpleaños de Maradona, en octubre de 2020, cuando el Diez fue homenajeado en el estadio de Gimnasia y Esgrima de La Plata.
Las imágenes del ídolo visiblemente debilitado, con dificultades para moverse, conmocionaron al país. “Cuando mi papá sale a la cancha y todos lo vieron mal en la televisión, fue muy notorio. Era lo que nosotras veníamos diciendo. Estaba lento, perdido”, recordó Dalma. Solo entonces, afirmó, el equipo médico comenzó a hablar de realizar estudios, aunque ella y su hermana llevaban semanas insistiendo en que algo no estaba bien.
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Lo que más indignó a Dalma fue la promesa incumplida de una “internación domiciliaria” que nunca se concretó. “Nos prometieron enfermeras 24 horas, acompañantes terapéuticos, una ambulancia y aparatología que la prepaga iba a cubrir. Eso nunca pasó”, denunció. La ausencia de cuidados adecuados, según su testimonio, dejó a Maradona en una situación de vulnerabilidad extrema. “No hubo ambulancia ni enfermeros”, sentenció.
Dalma también expresó su desconfianza hacia Luque, el médico de cabecera de su padre, a quien nunca vio con buenos ojos. “Él y su hermano habían estado involucrados en la muerte de una persona en Año Nuevo. A Gianinna y a mí no nos cerraba”, reveló. Sin embargo, la falta de poder de decisión de las hermanas las dejó al margen de las determinaciones médicas. “Podíamos decir lo que nos parecía, pero no decidíamos nada”, lamentó.
Un padre amoroso, una pérdida irreparable
Entre sollozos, describió a Diego como “un papá muy presente” y “muy amoroso”, lejos de la imagen pública de excesos y polémicas. “Compartí toda mi infancia y adolescencia con él. A pesar de sus problemas de adicciones, siempre fue amoroso con Gianinna y conmigo”, afirmó con orgullo. Incluso destacó el rol de las tres mujeres de la familia —Dalma, Gianinna y su madre, Claudia Villafañe— en la lucha de Maradona contra las adicciones: “Me da mucho orgullo que él dijera que se había recuperado gracias a nosotras”.
Sin embargo, los últimos meses de vida de Diego estuvieron marcados por un deterioro que Dalma percibió con angustia. “Ya no reconocí a mi papá. No se reía, se perdía. En una videollamada no sabía quién estaba del otro lado”, confesó. La imagen de su padre “muy hinchado”, con las manos, la panza y el cuerpo inflamados, se le grabó en la memoria. La escena más desgarradora llegó el 25 de noviembre de 2020, cuando Gianinna la llamó para advertirle que Diego no estaba bien. Al llegar a la casa, Dalma se encontró con la peor noticia: su padre ya no estaba.
“Me tiré encima de él pensando que se iba a despertar, pero estaba muy hinchado”, relató entre lágrimas. La ausencia de personal médico en el momento crítico y la posterior revelación de que Maradona estuvo “agonizando” sin recibir ayuda profundizaron el dolor de la familia. “Sigue siendo muy doloroso el maltrato que recibió. Nos enteramos de cómo se referían a él, cómo se reían, cómo hacían el tratamiento. Si hubieran hecho su trabajo, esto se podría haber evitado”, afirmó Dalma.