El homenaje al primer obispo del país

Marcos Calligaris

Obispo Oro es una calle no muy extensa pero ampliamente conocida sobre todo por los estudiantes que a diario la transitan en barrio Nueva Córdoba. 

No obstante, muchos ignoran quién fue este sacerdote y diputado. Su figura está estrechamente relacionada con la provincia de San Juan, donde nació en 1772 y llegó a ser un respetado fraile. 

Justo Santa María de Oro era su nombre, y ya desde muy joven ingresó en la Orden de los Dominicos en Chile, de donde regresó a su provincia en 1814. 

Sus contactos en el vecino país le servirían al general San Martín para enviar correspondencia secreta a través de ellos.

Sin embargo, su actuación más relevante llegaría en 1816, cuando fue elegido diputado por San Juan en el Congreso de Tucumán junto con Francisco Narciso de Laprida. Guiño del destino o no, en Nueva Córdoba la calle Obispo Oro es la continuación de Laprida. 

En aquel histórico Congreso, Oro fue uno de los impulsores de la Declaración de Independencia y fue clave en la elección de la forma de gobierno que adoptaría el país naciente.

Tras esto se trasladaría a Buenos Aires, de donde en 1818 fue deportado a Chile, nación en la que se convertiría rápidamente en superior de los Dominicos.

Ya de regreso en su San Juan natal, cuando se creó la Diócesis de Cuyo en 1834, Justo Santa María de Oro fue nombrado como su primer obispo, convirtiéndose al mismo tiempo en el primer obispo de Argentina. La muerte lo sorprendió dos años más tarde, en 1836.

El obispo Oro era tío de un joven que años más tarde llegaría a la presidencia de la Nación: Domingo Faustino Sarmiento.