El impacto negativo de las vacaciones de verano en la educación

Las vacaciones de verano, que en Argentina alcanzan un promedio de 71 días, tienen un impacto directo en los aprendizajes de los estudiantes, especialmente entre los más vulnerables. 

Estudios internacionales confirman que mientras los alumnos de sectores socio económicos altos suelen mantener o incluso mejorar sus habilidades, los de sectores desfavorecidos enfrentan pérdidas significativas que pueden llegar hasta los 76 días de aprendizaje, un problema conocido como “summer learning loss”.

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Según el informe “Vacaciones de verano: evidencia sobre su impacto en el aprendizaje” del Observatorio de Argentinos por la Educación, las brechas educativas se amplían durante este período. En promedio, los estudiantes pierden 47 días de aprendizaje, aunque la pérdida es mayor en matemáticas (65 días) y lengua (54 días). Además, el impacto varía según el nivel escolar: los grados superiores experimentan mayores pérdidas, agravando aún más las desigualdades socioeconómicas.

Massimiliano Pisani, analista de Relaciones Gubernamentales de Argentinos por la Educación, lo explicó en Cadena 3: "Hicimos una división viendo los distintos niveles socioeconómicos, y ahí lo que vemos es que, a nivel general, en lo que usualmente llamamos la clase media, tenemos una recuperación, de hecho, de 22 días de clase. O sea, es como si hubiesen tenido esos 22 días de clases durante todo lo que es el receso de verano. Pero, en cambio, cuando lo vemos en el nivel socioeconómico más bajo, tienebuna pérdida de 76 días de clase. Ahí hay una diferencia y una brecha muy importante que se amplía en los sectores más bajos".

El informe también destaca que las vacaciones de verano en Argentina son más extensas que el promedio de países de la OCDE (63 días) y América Latina (66 días). Dentro del país, la duración varía: provincias como Catamarca y La Rioja tienen hasta 82 días de receso, mientras que en jurisdicciones como la Ciudad de Buenos Aires el promedio es de 66 días. Esta diferencia en los calendarios escolares puede influir en las desigualdades de aprendizaje a nivel regional.

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Respecto a qué se puede hacer para mitigar estas realidad, Pisani aclaró que no quieren reducir los días de vacaciones, sino armar estrategias para que los chicos sigan aprendiendo durante el verano: "Haciendo uso de la evidencia internacional, vimos que se cuenta con diversas estrategias para intentar evitar el retroceso que hay después de las vacaciones y hay muchos ejemplos. Uno es la idea de hacer programas como escuelas de verano, generar talleres de lectura, tener alguna modificación en el calendario escolar".

Otra alternativa podría ser redistribuir los días de vacaciones en recesos más cortos durante el año, lo que podría contribuir a minimizar la pérdida de aprendizajes.

Expertos como Irene Kit, coautora del informe, subrayan la importancia de mantener a los estudiantes mentalmente activos durante el receso con actividades lúdicas y formativas. “No se trata de eliminar las vacaciones, sino de resignificar el tiempo libre, promoviendo juegos, lecturas y expresiones artísticas que mantengan activa la mente de los niños y niñas”, sugiere Kit.

En síntesis, mientras son un tiempo valioso para el descanso y la recreación, también representan un desafío para el sistema educativo. Implementar estrategias efectivas para reducir la brecha de aprendizaje durante las vacaciones de verano es crucial para garantizar mayores niveles de equidad y calidad en la educación argentina. 

Entrevista de Miguel Clariá