Italia limita su ciudadanía: cómo impacta en los argentinos
El gobierno de Giorgia Meloni restringe la ciudadanía italiana a quienes tengan padre o abuelo nacido en Italia. Esta medida afecta a miles de argentinos que buscan obtener la nacionalidad por derecho de sangre.
28/03/2025 | 19:25Redacción Cadena 3
Una restricción aplicada este viernes por el gobierno de Giorgia Meloni pone en jaque a una gran cantidad de argentinos que desean solicitar la ciudadanía italiana. A partir de las nuevas condiciones de naturalización por derecho de sangre, esta se limita a dos generaciones.
Desde ahora, es necesario tener padre o abuelo nacido en Italia para obtener la nacionalidad.
A partir de ahora, será necesario tener padre o abuelo nacido en Italia para pedir la nacionalidad. Según datos informados por el Ministerio de Asuntos Exteriores del país europeo, 30.000 argentinos obtuvieron la ciudadanía italiana en 2024.
El senador Mario Borgese, del Movimiento Asociativo de Italianos en el Exterior, explicó a Cadena 3 que la reforma implica que los trámites ya no se gestionen a través de consulados, sino directamente desde la oficina del Ministerio del Exterior Italiano en Roma. Esto implica un retorno al formato papel y una extensión en los plazos de tramitación.
“La buena noticia es que aquellos ciudadanos italianos que ya tienen la ciudadanía podrán seguir transmitiéndola sin límites generacionales”, aseguró Borgese. Sin embargo, los nuevos solicitantes enfrentan restricciones significativas.
“Italia es el único país de Europa que otorga ciudadanía sin límites. La Comunidad Europea exige que nos adecuemos a las normativas europeas”, añadió.
El nuevo decreto, que se implementará de manera inmediata, busca abordar problemas de falsificación y la saturación de los consulados, que actualmente enfrentan más de 250.000 juicios relacionados con la ciudadanía. “El gobierno presenta un DNU para frenar esta crisis y la semana que viene se discutirá un proyecto de ley en el Parlamento”, explicó el senador.
Las nuevas regulaciones limitarían la posibilidad de obtener la ciudadanía a aquellos que descienden de italianos hasta la segunda generación. “Si los nietos de los originarios italianos no gestionaron la ciudadanía, ya no se podría tramitar”, aclaró Borgese.
Importancia de la reforma del ius sanguinis
Esta reforma representa un cambio significativo en el ius sanguinis por parte del Consejo de Ministros, ya que antes era suficiente con un bisabuelo o incluso un tatarabuelo nacido en suelo italiano para poder tramitar la ciudadanía.
Si bien no se brindaron detalles específicos al respecto, se anticipa que en un futuro cercano se endurecerán las normas. Un integrante del Consejo llamó a “mantener lazos reales” con su país e indicó que se buscará la obligatoriedad de ejercer “los derechos y los deberes de los ciudadanos al menos una vez cada 25 años”.
Declaraciones de Antonio Tajani
“El principio del derecho de sangre no será abolido y muchos descendientes de emigrantes podrán obtener la nacionalidad italiana”, afirmó Antonio Tajani, ministro de Asuntos Exteriores y vicepresidente del Consejo de Ministros.
Sin embargo, Tajani aclaró que “se establecerán límites precisos, especialmente para evitar los abusos o la ‘comercialización’ de los pasaportes italianos”.
“La nacionalidad debe ser una cosa seria”, sentenció el funcionario.
Datos sobre la ciudadanía en Argentina y Brasil
En un comunicado, el Ministerio de Asuntos Exteriores italiano puso como ejemplo a Argentina, que tiene la mayor comunidad de inmigrantes italianos. En 2023, 20.000 descendientes obtuvieron la nacionalidad del país europeo en virtud del derecho de sangre, mientras que en 2024 lo hicieron 30.000.
En Brasil, otro país con una gran colectividad italiana, 14.000 personas obtuvieron la nacionalidad en 2022 y 20.000 en 2024, según la misma fuente.
Según un cálculo del ministerio italiano de Asuntos Exteriores, con la ley que estaba en vigor hasta este viernes, entre 60 y 80 millones de personas en el mundo podían reclamar la nacionalidad italiana.
Qué es el ius sanguinis
Italia, con su rica historia y extensa diáspora, mantiene durante décadas un fuerte vínculo con sus descendientes a través del principio de ius sanguinis. Esta herramienta jurídica permite transmitir la ciudadanía a hijos y nietos sin importar en qué lugar residan, siendo fundamental para preservar la identidad cultural de millones de personas.
Este término, que en latín significa “derecho de sangre”, establece que la nacionalidad de un país puede heredarse de manera automática a través de la línea familiar, sin importar el lugar de nacimiento. Se trata de un puente emocional y cultural que mantiene vivas las raíces de este país europeo más allá de sus fronteras.
Relevancia del ius sanguinis en comunidades italianas
Esta ley es especialmente relevante en Brasil, Argentina y Estados Unidos, donde se encuentran grandes comunidades de descendientes de italianos. Según la normativa actual, cualquier persona con ascendencia italiana puede solicitar la ciudadanía, siempre y cuando se demuestre un vínculo genealógico ininterrumpido.
A pesar de su relevancia histórica, el sistema vigente muestra importantes limitaciones administrativas. Las oficinas consulares, especialmente en países con alta demanda, están desbordadas de solicitudes. En algunos casos, los tiempos de espera superan los diez años.
Posibles reformas futuras al ius sanguinis
Las autoridades locales llevan meses considerando la modernización del ius sanguinis para adaptarlo a las necesidades del siglo XXI. La primera reforma fue la aplicada este viernes, restringiendo la transmisión de la ciudadanía a la primera o segunda generación y excluyendo a los descendientes más lejanos.
En un futuro próximo, no se descarta que se implementen exigencias relacionadas con otros dos aspectos:
Requisitos lingüísticos y culturales: Exigir conocimiento certificado de la lengua italiana y demostración de vínculos concretos con la cultura y el territorio.
Domicilio o residencia: Notificar el traslado al país como condición para el reconocimiento de la ciudadanía.
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