El Papa Francisco inició el 27º jubileo ordinario de la historia de la Iglesia católica con la apertura de la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro, al inicio de la misa de Nochebuena.
El Papa, transportado en silla de ruedas, atravesó la Puerta Santa acompañado de representantes de católicos de los cinco continentes y también de miembros de otras Iglesias y comuniones cristianas presentes en Roma, "signo visible de la fe que todos los cristianos comparten en Jesucristo, el Verbo hecho carne", indica una nota del Dicasterio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos.
Según precisó el Vaticano, el cruce del umbral de la Puerta Santa por parte de representantes de Iglesias ecuménicas no es un "intento de asociarlos con elementos del Jubileo, como la indulgencia jubilar, que no están de acuerdo con las prácticas de sus respectivas comunidades".
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El inicio solemne del Jubileo de 2025 coincide con la celebración del 1.700 aniversario del primer concilio ecuménico, el Concilio de Nicea, donde se afirmó la divinidad de Jesús, Hijo de Dios.
La celebración de Nochebuena comenzó en el exterior de la Basílica de San Pedro, con un momento de preparación que incluyó la lectura de tres textos del Antiguo Testamento ?los libros del Génesis, Isaías y Miqueas? que "anuncian la venida de Cristo Salvador".
La apertura de la Puerta Santa tiene lugar tradicionalmente en celebración del nacimiento de Jesús, incluido el "anuncio de la Navidad".
Antes de la misa tuvo lugar el rito que marca el inicio del Jubileo, "tiempo de misericordia y de perdón", comenzando con una antífona, seguida de la oración del Papa, para que "a cada hombre se le abra el camino de la esperanza". eso no decepciona".
Apertura de la Puerta Santa
La apertura de la Puerta Santa tiene lugar tradicionalmente en la celebración del nacimiento de Jesús, incluido el "anuncio de la Navidad".
Antes de la misa, se desarrolla el rito que marca el inicio del Jubileo -"tiempo de misericordia y de perdón"-, comenzando con una antífona, seguida de la oración del Papa, para que "a cada hombre se le abra el camino de la esperanza".
"Hermanos y hermanas, en la Navidad del Señor, luz de luz, esperanza inextinguible, nos disponemos a cruzar con fe la Puerta Santa. Los pasos de nuestro camino son los pasos de toda la Iglesia, peregrina en el mundo y testigo de la paz", dice el texto.
Después de leer un pasaje del Evangelio según san Juan, Francisco se acerca a la Puerta, momento en el que se produce el diálogo explicativo de la apertura ritual: "Esta es la puerta del Señor: por ella entran los justos. Abridme las puertas de la justicia: entraré por ellas para dar gracias al Señor" (Salmo 118).
El Papa abre la puerta en silencio, retirándose luego en oración, y a ello le sigue el repique de las campanas.
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La Navidad del Señor
La celebración de la Navidad, que en el cristianismo marca el Nacimiento de Jesús, comienza en todo el mundo la noche anterior al 25 de diciembre, siguiendo una tradición que se remonta a los inicios de la Iglesia de Roma.
La fiesta navideña adquirió una forma definida en el siglo IV, cuando tomó el lugar de la fiesta romana del 'Sol Invencible', el mismo día 25 (VIII Kalendas Januarias: el octavo día anterior al 1º de enero), fecha con simbolismo propio.
Aún hoy, en la liturgia católica se recita la llamada "calenda", como anuncio del nacimiento de Jesús, que la oración sitúa en el momento de la 194ª Olimpíada y en el año 752 de la fundación de Roma, entre otras referencias históricas.
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El Jubileo en la historia
El Jubileo, que tiene sus raíces en el año sabático judío, explica el Vaticano, "consiste en un perdón general, una indulgencia abierta a todos y la posibilidad de renovar la relación con Dios y con los demás", indulgencia que implica obras penitenciales, incluidas peregrinaciones y visitas a iglesias.
A lo largo de la historia de la Iglesia, hubo varios años jubilares. Treinta, para ser precisos. El primero fue convocado por el Papa Bonifacio VIII, en 1300; y el último por el Papa Francisco, en 2016, declarado el Año Santo de la Misericordia
