La tragedia del primer vuelo de Austral: 51 muertos y un solo sobreviviente
El 16 de enero de 1959, un Curtiss C-46 de Austral cayó al mar tras despegar de Aeroparque. De 51 pasajeros, solo Roberto Servente, ingeniero de 39 años, sobrevivió nadando horas, guiado por instinto y razón.
14/04/2025 | 09:59Redacción Cadena 3
Fue una noche cálida, cargada de verano y de tormenta. El 16 de enero de 1959, un avión Curtiss C-46 de la recién fundada Austral despegó desde Aeroparque rumbo a Mar del Plata y Bahía Blanca, inaugurando con entusiasmo una nueva ruta aérea. A bordo iban 51 personas: ejecutivos, invitados especiales, tripulantes, y un ingeniero civil que, por una vez, decidió no viajar en su auto. El entusiasmo duró poco. A las 22:30, la aeronave se precipitó al mar frente a la playa Camet. Solo uno sobrevivió.
Ese único sobreviviente fue Roberto Servente, de 39 años, quien luego se convertiría en presidente de la misma empresa que lo arrojó al océano. Como reconstruyeron en distintos artículos Luciana Acosta y Gisele Sousa Dias, su escape fue una odisea física y mental: fracturado, desorientado, luchando contra el oleaje, nadó durante horas guiado únicamente por su instinto y su formación como ingeniero. Se dejó llevar por las corrientes, se despojó de la ropa para aligerarse, y razonó —incluso en medio del naufragio— que si el avión había intentado aterrizar, entonces la costa no debía estar lejos.
Mientras los equipos de rescate recuperaban cadáveres bajo la lluvia y la oscuridad, un perro encontró a Servente desmayado, en una pequeña cueva al pie de los acantilados. Lo acompañaba un cura, Carlos Gardella, que había salido a patrullar con una linterna y su jeep. El cuerpo de Servente estaba destrozado pero vivo. Fue trasladado al hospital central de Mar del Plata, donde despertó convertido en noticia nacional.
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El avión había despegado con retraso desde Buenos Aires en medio de una tormenta eléctrica. Durante la aproximación a Mar del Plata, el piloto erró el cálculo de la pista, intentó volver a elevarse y dar la vuelta, pero el ala derecha impactó contra el agua y el avión se partió como si hubiese chocado contra una pared. Según el informe final de la Junta de Investigación de Accidentes de Aviación Civil, el piloto no estaba familiarizado con ese aeropuerto, volaba sin visibilidad adecuada, con la radiobaliza fuera de servicio, y su juicio se vio afectado por un "estado mental temporalmente confuso". La mayoría de los pasajeros murió desnucada en el impacto.
Entre las víctimas estaba Eduardo Braun Menéndez, uno de los científicos más reconocidos de la Argentina. Fisiólogo, cardiólogo, colaborador de Houssay y codescubridor de la angiotensina, Braun Menéndez viajaba con su hija. Había dirigido el Instituto de Biología y Medicina Experimental, presidido la Sociedad Científica Argentina y fundado revistas científicas de referencia. Su muerte pasó casi inadvertida en la cobertura mediática de la tragedia, eclipsada por la figura del sobreviviente.
Servente, sin embargo, nunca quiso ser héroe. Volvió a volar al poco tiempo, rechazó indemnizaciones y no promovió juicios. La compañía Austral, lejos de ser un recuerdo doloroso, se convirtió en parte de su vida: años más tarde, fue convocado para integrar su directorio y llegó a presidirla. "Tenía una relación casi sentimental con la empresa", contaría su hijo Eduardo, y reportó Milton Del Moral.
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El accidente no le dejó traumas visibles. "Fue una sucesión de milagros", repetía. Su historia inspiró documentales, entrevistas y artículos. En su oficina guardaba un pedazo del fuselaje del avión, como quien guarda un trozo de destino.
Servente murió en 2014, a los 93 años. No sin antes atravesar otras tormentas, como la pérdida de su hijo mayor. Su experiencia de supervivencia, sin embargo, no lo endureció. Lo volvió más sereno. Más consciente. Más humano.
Esa noche de 1959, Mar del Plata no durmió. Mientras las radios anunciaban que el avión se había perdido, un hombre nadaba entre la espuma buscando tierra. Y el país, sin saberlo aún, había perdido a un sabio y ganado una leyenda.
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