Padre Fernando Laguna de la Iglesia Argentina en Roma: "Seguimos rezando por él"
Cada tarde, desde el 14 de febrero, la comunidad reza un rosario diario por la salud del Pontífice. Allí se reúnen los vecinos como los argentinos residentes en Roma.
26/03/2025 | 14:06Redacción Cadena 3
En el corazón de Roma, la Iglesia Nacional Argentina se erige como un refugio espiritual y un punto de encuentro para la comunidad argentina y los sacerdotes que llegan a la capital italiana.
Su rector, el padre Fernando Laguna, nos abre las puertas de este espacio único para compartir cómo viven la fe, la esperanza y el día a día, especialmente en un momento marcado por la salud del papa Francisco y los eventos que agitan la vida eclesial.
“Estamos bien en el sentido de que hemos rezado y seguimos rezando por el Santo Padre, por su salud”, asegura el padre Laguna a Cadena 3.
Recuerda con alivio aquel sábado en que se anunció la mejoría del Papa: “Ese día cambió la mirada, porque cuando anuncian una mejoría en una persona que está delicada, significa que realmente ha mejorado”.
Para él, ese fue un “punto bisagra” en cómo la comunidad ha vivido la recuperación de Francisco, el “querido Papa” que sigue siendo el centro de sus oraciones.
La iglesia, ubicada en un barrio romano que la ha acogido con cariño, no solo es un lugar de culto, sino un espacio de comunión.
Desde el 14 de febrero, la comunidad incorporó un rosario diario por la salud del Pontífice, una práctica que reúne tanto a los vecinos como a los argentinos residentes en Roma.
“La gente del barrio quiere mucho a los argentinos, nos acompaña y se enriquece con nosotros, y nosotros con ellos”, destaca Laguna.
El 25 de febrero, la visita del cardenal vicario Baldo para una misa especial reforzó ese vínculo, congregando a la comunidad argentina en un momento de unión y reflexión.
El día a día en la Iglesia Nacional Argentina oscila entre la calma y la intensidad. “Hay tiempos tranquilos y tiempos intensos”, explica el rector. Ahora, por ejemplo, se avecina un fin de semana vibrante con el jubileo de los Misioneros de la Misericordia, que traerá a sacerdotes de Argentina, Chile y México a compartir la vida en este espacio.
“Vibramos juntos los distintos acontecimientos de la vida de la iglesia”, dice con entusiasmo. A lo largo del año, la iglesia es también un punto de referencia para los curas que visitan Roma, con celebraciones como la reciente fiesta del Cura Brochero —que incluyó misa y un “asadito”— o las fiestas patrias que reúnen a la feligresía.
El próximo 3 de mayo, la llegada del cardenal primado Vicente Bocalic para asumir su parroquia titular en Roma promete ser otro hito.
Sobre la nueva etapa del pontificado de Francisco, el padre Laguna prefiere no especular demasiado. “Hemos rezado y seguimos rezando contentos en nuestro hogar”, afirma.
Evoca un deseo sencillo pero profundo: “Yo le quiero dar un abrazo al Papa y entonces rezo una vez María, y sé que eso es un abrazo y me siento abrazado por él también”.
Ante las preguntas sobre el futuro, responde con humildad: “El Papa lo irá viendo, tendrá el buen consejo, la luz del Espíritu Santo. Yo me pongo en las manos de Dios y de la iglesia”.
Mientras Francisco continúa su rehabilitación, Laguna subraya la importancia de la paciencia y la fe.
“Vimos que necesita fortalecerse, pero el Señor nos irá diciendo, el Papa nos irá diciendo, la iglesia nos guiará como madre”, reflexiona y recuerda el emotivo gesto del Pontífice al mencionar “las flores amarillas” en un reciente saludo.
Informe de Chema Forte