Pareja muerta en Argüello: las sospechas

Elizabeth Boix (61) y Juan Tiglio (61) hacía un tiempo que venían con problemas de pareja. Al menos, ya se había radicado una denuncia en el fuero de Violencia Familiar y aunque compartían terreno ya no vivían bajo el mismo techo en el domicilio de barrio Argüello, de la ciudad de Córdoba. La mujer se había mudado a un departamento al fondo, patio de por medio, mientras que el hombre se había quedado en la casa principal de calle Teodoro Richards al 6300, a pocos metros de Recta Martinoli.

Estos datos surgen a partir de una primera reconstrucción que ayer a la tarde comenzaron a realizar los detectives de la división Homicidios que trabajan bajo directivas del fiscal de Violencia Familia, Cristian Griffi.

El funcionario judicial estuvo en la escena de la doble muerte intentando encontrar las mismas respuestas que todos persiguen por estas horas: ¿qué les pasó?

Las fuentes policiales y judiciales consultadas informaron que ayer a la tarde, una hija de la pareja llegó hasta esa vivienda preocupada porque hacía varios días que no tenía noticias de sus padres.

En este punto las fuentes ayer no se ponían de acuerdo: mientras algunas aseguraban que no sabía de ellos desde Navidad, otros informantes apuntaron que se había comunicado por última vez el pasado jueves. O sea, al menos desde hacía siete días no tenía mayores novedades.

El dato no es menor, ya que entre otros puntos ahora se intenta establecer la fecha de las muertes.

"La hija relató que estuvo en contacto con los dos padres en Navidad. Y que después, el 6 de enero sólo habló con el padre", explicó un informante.

Cuando este miércoles la joven llegó a la casa, no logró que nadie le abriera. Sintió un fuerte olor similar al del gas y avisó a la Policía.

Los primeros agentes en llegar, forzaron una abertura y se toparon con un cuadro de espanto: en una habitación de la casa principal, sobre la cama, el cadáver de Tiglio; y en el departamento del fondo, el cuerpo de Boix.

A simple vista no se podía precisar mucho más: el avanzado estado de descomposición de los cadáveres marcaba que hacía varios días que habían muerto.

Se convocó a la Policía Judicial que, además de peritar todo el domicilio, trasladó los cuerpos a la Morgue Judicial. Allí, tras ser sometidos a un proceso de enfriamiento, serán peritados por los forenses: recién entonces, se espera poder establecer las causas de los fallecimientos.

Las fuentes subrayaron que existía una denuncia previa por violencia familiar y que la pareja estaba viviendo bajo techos separados.

El presunto olor a gas hizo presumir alguna posible emanación de monóxido de carbono, pero hasta anoche no estaba claro si se había hallado algún artefacto abierto o con pérdidas.

"Es raro, porque los cuerpos estaban en dos domicilios distintos del mismo terreno, separados por un patio. Es muy difícil pensar que ambos se intoxicaron con monóxido o que de manera casual murieron por causas naturales", contó una fuente de la investigación.

Por eso, la fiscalía apunta a intentar confirmar o descartar la sospecha de máxima, tal como manda el manual criminal. En este caso, se busca establecer si se trató o no de un homicidio seguido de suicidio.

"Lo que está claro -agregó otra fuente- es que no se ve la participación de una tercera persona. Estaba todo cerrado y sin signos de un robo u otra cosa. Si pasó algo violento, ocurrió ahí entre ellos".

Por ahora, son sospechas y conjeturas que esperan un dato clave que recién podrá llegar desde la mesa forense: conocer si alguno de los cadáveres presenta alguna herida.

El caso está caratulado, por ahora, como "muerte de etiología dudosa".

Informe de Juan Federico.