Paso a paso, cómo cayó "La Fiel"

Juan Federico

Fue un llamado anónimo a mediados de 2021 el que arrojó la primera pista: dos empleados municipales eran proveedores de armas de fuego en la zona sur de la ciudad de Córdoba.

El fiscal federal Enrique Senestrari quedó al frente de la investigación. Y encomendó a detectives de la Policía Federal Argentina que se pusieran a perseguir aquel dato. El trabajo, sigiloso, dio algunos frutos a fines del año pasado: los sospechosos fueron detenidos y se les secuestraron tres armas.

Pero ya en ese momento, la atención de la causa había trocado: a través de las escuchas telefónicas, los policías habían intervenido el celular de un "cliente" de estos proveedores. Y este "cliente" hablaba más que de armas: estaba juntando dinero, millones de pesos, para poder comprar un cargamento fabuloso de marihuana que le iban a "bajar" desde Corrientes.

Fue la división Antidrogas Córdoba de la Policía Federal Argentina la que quedó al frente de la pesquisa. Pese a que lograron hilar una telaraña de teléfonos, los investigadores pronto se dieron cuenta que los traficantes no eran principiantes. Hablaban lo justo y necesario, en lenguaje encriptado, por teléfono. Por eso, fue necesario que desplegaran las viejas técnicas policiales: mucho trabajo de campo.

Camuflados, disfrazados, a prudente distancia, los policías federales comenzaron a seguir a los investigados por la zona sudeste de la Capital cordobesa: José Ignacio Díaz, Ituzaingó, La Carbonada, entre otros. El mapa comenzó a ensancharse a medida que pasaban los días: Yapeyú, Villa Adela, Centro América, barrio Maipú, las bases municipales del Parque Sarmiento y los alrededores de barrio Jardín. 

Es que la mayoría de los primeros investigados tenían algo que los unía: su pertenencia a "La Fiel", la poderosa barra brava que manda en las tribunas del club Talleres. Una organización que tiene varias capas de poder y cuyos líderes suelen mimetizarse en empleos municipales y provinciales, sobre todo alrededor de la basura y el sindicato Surrbac.

La misma barra que en 2020 filmó un video que estremeció a Córdoba: 17 personas encapuchadas y con armas largas, emitiendo amenazas a quienes golpearon en un establecimiento penitenciario a Walter "Toro" Aguilera, uno de los cabecillas de "La Fiel".

El trabajo de campo permitió que los investigadores comenzaran a trazar una radiografía sobre cómo se mueve la que hoy es considerada la barra más poderosa de la provincia de Córdoba. Su líder, Darío Cáceres, hace tiempo que tiene prohibido el ingreso a los partidos de Talleres, pero eso no fue impedimento para que continuara construyendo su poder interno.

En dos meses, los investigados reunieron más de 40 millones de pesos. Dinero que convirtieron en dólares para poder comprar los 1.650 kilos de marihuana, siempre según se sospecha hasta ahora.

Recapitulemos hasta aquí: barras, armas, empleos municipales, muchos pesos y financieras para conseguir los dólares vitales para pagar la droga.

Con los datos que terminaron de ingresar el jueves 17 de febrero a la noche, los investigadores supieron que el viernes temprano iba a ingresar un cargamento importante de marihuana para ser vendido en la zona de barrio Ituzaingó. La droga provenía de Corrientes.

Ante este último, se diagramó de manera veloz un operativo con epicentro en la periferia sudeste de la Capital cordobesa.

Minutos antes de las 10 del viernes 18, los policías federales interceptaron un camión y un utilitario Renault Trafic que circulaban por la ruta 9 sur, a la altura de barrio Ituzaingó. De manera simultánea, otro grupo de agentes comenzaba a allanar un galpón de una metalúrgica ubicado en la zona de La Carbonada, cerca de allí, sindicado como un centro de acopio de la droga.

El volumen total de lo secuestrado recién terminó de ser contabilizado a última hora del viernes: 1.650 kilos de marihuana, de acuerdo a un pesaje aún preliminar.

Al por mayor, esa cantidad se consigue por no menos de 30 millones de pesos. Puestos en la calle ya fraccionados, los 1.650 kilos de marihuana pueden dar un rédito que supera de manera holgada los 100 millones de pesos. Negocio fabuloso.

Aquel día hubo 16 detenidos. Entre ellos, figuran personas oriundas de Corrientes, sindicadas como quienes proveyeron la droga, y cordobeses, apuntados como los compradores que luego la iban a revender. O sea, varios eslabones de una cadena narco millonaria.

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Entre los cordobeses detenidos, sobresalen varios nombres vinculados a "La Fiel": Sergio Omar "Tomatón" Busso, Carlos Horacio"Gusi" Páez y Juan Ignacio "Rambo" o "Rengo" La Costa. 

Pero falta uno más: Darío Cáceres, también imputado por el fiscal Senestrari, justo había viajado a Brasil horas antes de los operativos del viernes 18 de febrero. El viernes de la semana pasada, los policías allanaron su casa de barrio Maipú 2, una vivienda que de afuera asoma como una fortaleza tapiada y con cámaras de seguridad. Su familia ya había regresado de Brasil, pero él no. 

Otro de los cordobeses detenidos es Mauro Alejandro "Tuerto" Peralta. 

Hoy, en Córdoba, "el Toro" Aguilera y un hombre apodado "el Paisa" asoman como sus sucesores momentáneos dentro de "La Fiel".

Aguilera fue guardaespaldas del titular del gremio de recolectores (Surrbac), Mauricio Saillén, y junto a otros miembros de "La Fiel" figura como empleado del Ente de Obras y Servicios (Esop, hoy denominado Córdoba Obras y Servicios -COyS).

Cáceres ya nombró abogado: el concejal oficialista Diego Casado asumió su defensa y fustigó de manera pública la investigación del fiscal Senestrari. 

En 2013, "La Fiel" quedó en medio de un escándalo público luego de que los legisladores peronistas de la Unicameral le dieran a Cáceres y a los otros líderes de la barra una "plaqueta de reconocimiento". Nueve años después, este vínculo político vuelve a asomar, ahora a través de un concejal oficialista oficiando como abogado defensor del jefe de "La Fiel".

“En la cancha, somos el Estado dentro del Estado. Manejamos 14 barrios y 1.000 hinchas. Y los políticos son unos hipócritas: hablan que los barras ésto o aquello, y después nos llaman siempre", dijo en aquel 2013 quien era entonces la mano derecha de Cáceres, Carlos Pacheco, cuando "La Fiel" fue invitada a exponer en el Congreso de la Nación para contar cuál era la "fórmula" que tenía para acabar con la violencia en las canchas.

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"Tomatón" Busso, otro de los imputados que tiene la causa narco, es un viejo abonado a las noticias policiales. Integrante de Hinchadas Unidas, el insólito grupo de barras que en 2010 viajó al Mundial de Fútbol de Sudáfrica, "Tomatón" participó de dos homicidios en sólo ocho meses, entre 2012 y 2013.

El 26 de junio de 2012, Busso fue detenido por el crimen de un joven de 23 años en barrio José Ig­nacio Díaz, en el mismo sudeste de la ciudad de Córdoba. Según se investigó en aquel momento, el joven ingresó a robar en su despensa, que funcionaba en su casa. Ante esto, Busso salió a perseguirlo y al alcanzarlo varias cuadras después, lo mató de un tiro. El fiscal Víctor Chiapero entendió que el barrabrava había actuado con "exceso en la legítima defensa" y ordenó su libertad. Tiene que ser juzgado en las próximas semanas.

El otro homicidio ocurrió el 16 de febrero de 2013, en Cooperativa Los Andes, también en el sudeste cordobés. Roberto Pinto murió asesinado como represalia a un crimen ocurrido un día antes y cuyo autor sería, según investigó la Justicia provincial, su hijo.

Desde 2014 comenzó a cumplir prisión preventiva tras una denuncia de violencia de género, encierro que se convirtió en efectivo en octubre de 2016 cuando fue condenado a 10 años de cárcel por el homicidio de Pinto. También recibió una condena de un año y dos meses de prisión por el episodio de violencia familiar.

A toda la pena la tiene que terminar de cumplir el 19 de diciembre de 2023. Pero el 11 de noviembre de 2020, más de tres años antes, volvió a la calle... y a la tribuna. La jueza Rita Fonzalida Figueroa valoró que tras haber cumplido los dos tercios de la pena, su conducta en la cárcel era buena, que había realizado algunos cursos, que colaboraba con la cocina y que había "podido mantener estable el nivel de tolerancia a la frustración e inhibir su carga impulsiva".

En toda esta valoración, no se hizo ninguna referencia a que aún debía un juicio por otro crimen y que su real actividad estaba vinculada a la barra "La Fiel".

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Otro de los ahora detenidos que supo figurar en las noticias policiales es Juan Ignacio "Rengo" o "Rambo" La Costa. Oriundo de barrio Yapeyú, este joven que siendo adolescente perdió una pierna en un accidente de moto, en 2015 fue acusado de haber baleado en la cabeza a un niño de 9 años al que tiroteó por error cuando atacó a balazos un domicilio de su mismo barrio en medio de un ajuste de cuentas dirigido a otra persona, según se investigó en aquella oportunidad. Tras la balacera, y pese a estar en muletas, logró escaparse de la Policía y recién se entregó varios días después.

Al regresar a la libertad, "Rambo" también volvió a la barra.