"Es imprescindible que la señora fiscal haga un esfuerzo para entender que Carolina Altamirano no pertenecía a una asociación ilícita, sino que sin saberlo había ingresado en una de las denominadas sectas coercitivas cuya existencia en nuestro país ya registra antecedentes jurisprudenciales recientes en distintas causas tramitadas en la Justicia federal que culminaron con severas condenas a los líderes de estas sectas y cuya similitud con los hechos investigados en las presentes actuaciones es formidable".
De esta manera, a fines de 2021 los abogados Miguel Juárez Villanueva y Carlos Hairabedian le presentaron un pedido a la fiscal de Villa Cura Brochero, Analía Gallarato, para que cese la prisión preventiva que pesa sobre Altamirano.
La mujer es una de las 11 personas imputadas en el marco de la causa denominada como "los sanadores egipcios", ya que se investiga a una organización con base en Traslasierra que ofrecía supuestas "sanaciones espirituales".
De acuerdo a la causa, el líder de "los sanadores egipcios" era el uruguayo Álvaro Juan Aparicio Díaz (64), autor de 14 libros vinculados a esta temática. El hombre se presentaba como "licenciado Sahú Ari Merek".
De acuerdo a la investigación de la Justicia provincial, los 11 acusados deben responder por una serie de presuntos delitos: asociación ilícita, estafas reiteradas y ejercicio ilegal de la psicología. Aparicio Díaz, además, fue acusado por abuso sexual reiterado.
Siempre según la causa, la organización vendía servicios de sanación con una supuesta "terapia alternativa" denominada "Seshen", de origen egipcio. Para ello, en la localidad de San Lorenzo, pegada a Villa Cura Brochero, habían montado un templo de adoración, con una pirámide pequeña y esfinges egipcias.
En abril del año pasado, la fiscal avanzó con los primeros allanamientos, las detenciones y las imputaciones. Hubo, entonces, operativos en diferentes barrios de la ciudad de Córdoba, en San Lorenzo, Villa Cura Brochero y también en la localidad de Huinca Renancó, al sur de la provincia de Córdoba.
Mientras esta investigación se sustancia en el fuero provincial, a principios de diciembre pasado la imputada Altamirano denunció, en los Tribunales federales, que en realidad ella también habría sido víctima de la organización.
En concreto, relató cómo habría sido manipulada psicológicamente por Aparicio Díaz, su mujer Carolina Cannes (ambos detenidos en la marco de la causa provincial) y por Máximo Aparicio (hijo de ambos), en lo que se presume que podría tratarse de un caso de trata de personas.
La mujer presentó un largo escrito cronológico en el que narra cómo ella siempre estuvo interesada en las terapias egipcias y de qué forma llegó a contactarse con Aparicio Díaz.
"Si se analizan todas las comunicaciones que figuran en la causa provincial, se podrá advertir cómo emergen, de esas conversaciones, la relación de sumisión, explotación, abuso y maltrato que padeció nuestra defendida desde 2017 en adelante", resaltaron los abogados en la denuncia federal.
En ese sentido, se agregan una serie de conversaciones y chats en la que se podría advertir esta supuesta sumisión.
Por ejemplo, el 23 de agosto de 2020, la mujer escribió: "Jai Maestro. Buen día! Muy reconocida por la sesión de anoche... sigo inundada de emoción por la oportunidad que me da... la reconozco, me comprometo a sanar, para ocupar el lugar que me ofrece que es único en el mundo. También quería agradecer la potencia puesta para que pueda producir trabajando en lo que somos y amamos (...) infinito amor y reconocimiento".
El 4 de septiembre, escribió: "Le pido disculpas a usted también que tanto hace para ayudarme y no supe corresponderlo de manera justa. Mi falta es muy grave porque si lo pensé y no me anticipé. Asumo con dolor y vergüenza las consecuencias de mis actos que no se repetirán. Deseando que se encuentre bien y pueda darme otra oportunidad. Agradecida de contar con la formación y contención suya y de la Maestra Suten. Que descanse querido Maestro". En este chat, Aparicio le respondió: "Me alegro que recapacites".
"El contenido de esas pocas conversaciones (y muchísimas más) es tan impactante, tan elocuente y tan alarmante que no podemos entender cómo la fiscal interviniente ha omitido valorar la relación de dominio-sumisión que tienen Aparicio-Cannes hacia Altamirano", denunciaron los abogados defensores en la misma presentación.
Al respecto advirtieron que en esa organización el reparto de tareas era desigual y, sobre todo, que sólo el matrimonio obtuvo ganancias económicas, mientras que Altamirano no habría visto ningún beneficio.
