Trump elimina el Departamento de Educación: “El poder a los estados y a padres"

En una declaración que ha generado fuertes reacciones a nivel nacional, el presidente Donald Trump anunció este jueves su intención de eliminar el Departamento de Educación de Estados Unidos, una de las instituciones clave del gobierno federal creada en 1979 bajo la administración de Jimmy Carter.

La propuesta, que forma parte de su agenda para reducir el tamaño del gobierno y devolver el control a los estados, reaviva el debate sobre el rol del gobierno federal en la educación pública.

Durante un discurso en la Casa Blanca, Trump argumentó que el Departamento de Educación representa una "burocracia innecesaria" que interfiere con las decisiones locales y no ha logrado mejorar los resultados académicos de los estudiantes.

"Vamos a devolver el poder a los estados y a los padres. Ellos saben qué es mejor para sus hijos, no un grupo de burócratas en Washington", afirmó el mandatario, quien destacó que la medida también busca reducir el gasto federal.

La propuesta de Trump incluye desmantelar gradualmente el departamento, transfiriendo sus funciones —como la distribución de fondos federales para escuelas y la supervisión de programas como los préstamos estudiantiles— a los gobiernos estatales o a otras agencias existentes.

Sin embargo, no se han ofrecido detalles específicos sobre cómo se implementaría esta transición ni qué pasaría con los aproximadamente 4,000 empleados del departamento.

Reacciones divididas

La decisión ha generado una polarización inmediata. Republicanos conservadores y defensores de la descentralización aplaudieron la medida, al considerarla un paso hacia la libertad educativa.

"Es hora de que los estados recuperen el control y se enfoquen en lo que realmente funciona", dijo el senador Ted Cruz, en una declaración de apoyo.

Por otro lado, demócratas y sindicatos de maestros condenaron el anuncio, advirtiendo que podría exacerbar las desigualdades en el sistema educativo.

La presidenta de la Asociación Nacional de Educación (NEA), Becky Pringle, calificó la propuesta como "un ataque directo a los estudiantes más vulnerables" y argumentó que la eliminación del departamento pondría en riesgo programas esenciales para escuelas de bajos ingresos y estudiantes con discapacidades.

Expertos en política educativa también expresaron preocupación por el impacto en el acceso a la educación superior, dado que el Departamento de Educación administra más de 1.5 billones de dólares en préstamos estudiantiles.

"Sin una estructura federal clara, podríamos ver un caos en la financiación y supervisión", señaló Mark Huelsman, analista de políticas educativas.

Un desafío legislativo

Aunque Trump hizo de esta propuesta un pilar de su plataforma, su implementación enfrenta obstáculos significativos.

La eliminación del Departamento de Educación requiere la aprobación del Congreso, donde los republicanos no cuentan con una mayoría sólida en ambas cámaras tras las elecciones de medio término.

Analistas políticos sugieren que el presidente podría recurrir a órdenes ejecutivas para reestructurar algunas funciones, pero un desmantelamiento total dependerá de un consenso legislativo difícil de alcanzar.

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