El presente de Michael Santos es inmejorable. A fuerza de goles, el delantero uruguayo atraviesa el mejor momento de su carrera y un romance idílico con los hinchas de Talleres. A sus 30 años, Santos sueña en grande y hasta se animó a pedir una chance en la selección de su país, comandada por Marcelo Bielsa. El desafío no lo asusta: desde su niñez, Santos se acostumbró a tener que luchar contra la adversidad para cumplir sus sueños.
Michael Nicolás Santos Rosadilla nació el 13 de marzo de 1993 en Montevideo, la capital uruguaya, pero creció en Pando, a una cuadra del estadio Municipal, en el departamento de Canelones.
Su padre biológico era jugador de básquetbol y fanático de Michael Jordan. De ahí su primer nombre, en homenaje a la leyenda de la NBA. “No sé en qué posición jugaba, pero dicen que fue bueno”, se lo escuchó contar. Pero al delantero lo apasiona el fútbol y le gusta el boxeo, que practicó por casi dos años.
Tuvo que pelearla mucho junto a su mamá, su padrastro y tres hermanos varones. Tuvo una infancia muy complicada. Vivía en un asentamiento, en una casa de madera y chapa, y en familia salían todos a cortar leña para tener un plato de comida en la mesa. Su madre era cocinera e iba casa por casa a vender. Michael la acompañó en esos recorridos hasta los 13 o 14 años, cuando entró a las inferiores de River de Uruguay y puedo empezar a aportar algo de dinero a la economía del hogar.
A las 7 de la mañana iba a estudiar, viajaba en ómnibus a almorzar en el club, después practicaba y la vuelta a casa era en una línea urbana y luego un micro interdepartamental alrededor de las 19 o 20, siempre de pie, porque se trataba de la hora pico del regreso de los trabajadores a sus casas. Descansaba mal y comía peor. Fue en el club donde, de a poco, lo ayudaron a mejorar sus hábitos y estado físico.
Creció siguiendo al Chino Álvaro Recoba y con un ojo siempre puesto en su principal referente, Luis Suárez. Debutó como profesional en el 2011, en el River uruguayo, y se consolidó rápidamente como una de las promesas del fútbol uruguayo.
Dio el salto a Europa en 2016, tras seis temporadas en el club de sus amores. Inició su travesía europea en España, donde defendió los colores de Málaga, Sporting Gijón y Leganés. Sus buenos rendimientos lo llevaron a vestir la camiseta de su selección, con la que obtuvo la medalla dorada en los Juegos Panamericanos Toronto 2015, e incluso fue convocado por el Maestro Tabárez para la mayor. Y tuvo un paso por Dinamarca, donde defendió los colores del Copenhage.
Santos llegó a Talleres en febrero del 2021, por pedido del por entonces técnico Alexander Medina, quien lo había conocido en River Plate, en su paso por el equipo uruguayo en 2011. Santos, que estaba lejos de su familia y en un terreno poco conocido, tuvo problemas para adaptarse en la T. De hecho, en su primer campeonato perdió el puesto con Mateo Retegui y tuvo que pelear desde el banco por un lugar en el once titular
Aun así, cuando agarró ritmo, se hizo clave para un “Matador” que vivió emociones fuertes. En 2021 Talleres peleó con River durante buena parte del torneo y llegó a la final de la Copa Argentina, en la que Santos fue su goleador. Al año siguiente hizo un tanto clave para meter a la “T” en una nueva final, pero los títulos no se le dieron: perdió con Boca primero y ante Patronato en 2022.
Luego de varios idas y vueltas con los hinchas, por algunas rachas negativas y coqueteos con otros clubes en el último mercado de pases, Santos conquistó definitivamente al pueblo albiazul en el 2023. El uruguayo viene dulce: metió diez goles en las primeras 15 fechas del campeonato, incluyendo dos a Racing y uno a Boca en una victoria en la tercera fecha que hizo vibrar al Kempes.
Más allá de su gran presente en la “T”, Michael tiene un sueño pendiente: volver a representar a la selección de su país. Jugó tres veces con la camiseta de Uruguay a nivel mayot: un amistoso contra Costa Rica en 2015 y algunos minutos en eliminatorias para el Mundial de Rusia 2018. Ahora, cuando las carreras de dos pesos pesados como Luis Suárez y Edinson Cavani están en la recta final, Santos se ilusiona con que Marcelo Bielsa lo sume nuevamente al proyecto “Celeste” de cara a la próxima Copa América y, por qué no, el Mundial 2026.
Mientras tanto, en Córdoba siguen gritando los goles de Michael Santos. Un luchador de la vida, que arrancó desde bien abajo, y se ilusiona con llevar a la “T” a lo más alto del fútbol argentino.
Texto de Agustín González. Narración de Raúl Monti.
