La Generación Z: de la precariedad a convertirse en la más rica del planeta

Durante años, los medios han enfatizado las adversidades que enfrenta la Generación Z: la dificultad para acceder a viviendas, la desmotivación hacia empleos poco remunerados y la preferencia por el bienestar personal sobre las trayectorias laborales tradicionales. 

Actualmente, se estima que un 95% de esta generación busca desconectarse durante su jornada laboral, lo que pone en duda su compromiso en el entorno laboral.

Sin embargo, un reciente estudio de Bank of America, uno de los bancos más influyentes a nivel global, presenta un pronóstico alentador. 

De acuerdo a sus proyecciones, esta generación aparentemente al borde del colapso económico podría convertirse en la más rica de la historia en la próxima década.

A pesar de que actualmente requieren más del 146% del salario mínimo para cubrir sus necesidades básicas, la Generación Z ha acumulado hasta ahora la imponente suma de 9 billones de dólares a nivel mundial. 

Se estima que para el 2030 esta cifra se cuadruplicará, alcanzando los 36 billones, y que para 2040 podría superar los 74 billones.

La clave de esta transformación radica en un fenómeno conocido como la Gran Transferencia de Riqueza. 

Se proyecta que entre 2020 y 2045, unos 84 billones de dólares se trasladarán de las generaciones más mayores, principalmente los Baby Boomers, hacia los Millennials y la Generación Z. Sorprendentemente, un 38% de esta fortuna se dirigirá directamente a los Gen Z, marcando un cambio significativo en su situación financiera.

Este acontecimiento no solo simboliza un cambio económico, sino que se anticipa que provocará una revolución en los hábitos de consumo, ahorro y bienestar personal. 

Los jóvenes que hoy parecen en desacuerdo con la cultura del gasto impulsivo pronto podría adquirir riqueza con un propósito claro y consciente.

Analistas sostienen que el auténtico poder de la Generación Z no residirá únicamente en sus ingresos, sino también en la manera en que decidan emplearlos. A diferencia de generaciones pasadas que priorizaban la adquisición de propiedades y ahorro para la jubilación, los Gen Z están interesados en experiencias, salud mental, tecnología y sostenibilidad. 

Se inclinan por disfrutar de sus vidas a través de viajes y accesibilidad, en lugar de sacrificar su bienestar a largo plazo por el estatus corporativo.

Teniendo en cuenta que actualmente suponen el 30% de la población mundial y están ganando terreno en el ámbito laboral, el emprendimiento y las redes sociales, su influencia en sectores como la banca, la moda, el consumo masivo y la política probablemente aumentará aún más en el futuro.

Ante este panorama, es sorprendente cómo se transformará la narrativa. Aquellos a quienes se les ha considerado frágiles y poco comprometidos están a punto de convertirse en los catalizadores más importantes de la economía del siglo XXI.

Este cambio en el juego marcará una nueva era, modificando hábitos de consumo y desafiando las estructuras comerciales tradicionales. Sin duda, lo que antes se consideraba una debilidad ahora puede ser su mayor fortaleza. Prepárense para una evolución donde la generación que antes no podía costear el alquiler, pronto podría adquirir el mundo.

Temas