SEAT reduciría la producción del Ibiza y Arona por aranceles a autos eléctricos

Wayne Griffiths, el CEO de SEAT SA, expresó su profunda preocupación por los aranceles que la Unión Europea impuso a los vehículos eléctricos fabricados en China. Dicha medida, implementada desde octubre de 2024, establece un impuesto adicional del 20,7% sobre el precio del SUV Cupra Tavascan, que podría llegar a costar hasta 62.000 euros.

Griffiths destacó que esta situación no solo compromete la industria automotriz europea, sino que pone en riesgo la sostenibilidad de SEAT. La empresa ha decidido asumir estos costos adicionales en lugar de trasladarlos a los clientes, pero esta estrategia no resultará viable a largo plazo. Si los aranceles persistieran, SEAT se vería obligada a reducir drásticamente la fabricación de los modelos Ibiza y Arona, y potencialmente a contratar menos trabajadores en la planta de Martorell, donde se producen ambos modelos.

Esta situación podría tener un impacto devastador para la marca, teniendo en cuenta que los modelos Ibiza y Arona representan el 64% de las ventas totales de SEAT en 2024, con 197.000 unidades vendidas en conjunto. La discontinuación de un cuarto de su producción significaría perder aproximadamente 49.500 vehículos al año, un golpe considerable para la economía de la compañía.

El contexto de esta problemática radica en la introducción de aranceles adicionales con el fin de contrarrestar la competencia de marcas chinas subvencionadas, quienes ofrecen precios muy bajos en Europa comparados con los de su país de origen. Sin embargo, Griffiths argumenta que tales medidas dañan a empresas como SEAT que también fabrican en China.

Las consecuencias financieras que esto acarrea podrían llevar a SEAT a reducir su oferta de vehículos a combustión interna e incluso a toas empleados dentro de la empresa, para equilibrar su situación financiera. Además, la legislación europea impone la obligación de vender un coche eléctrico por cada cuatro modelos de gasolina o híbridos antes de 2027. Esto presiona a SEAT a mantener el Tavascan en el mercado para cumplir con los estándares de emisiones, pero asumir los costos adicionales de los aranceles deteriora sus márgenes de ganancia.

Griffiths comentó que no se contempla un cese total de la producción del Ibiza y Arona, sino más bien una reducción significativa en el volumen de fabricación para ajustarse a las normativas ambientales. Desde la sede de SEAT, se aclara que la producción podría disminuir hasta un 25% sin llegar a desaparecer por completo.

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Por otro lado, el CEO de SEAT sigue insistiendo en que los legisladores europeos reconsideren estas tarifas. Mencionó que ha habido cierta disposición al diálogo por parte de las instituciones, buscando alternativas que no perjudiquen a las empresas europeas. A modo de ejemplo, citó el caso de Tesla, que logró reducir los aranceles a sus vehículos chinos del 20,7% al 7,8%.

Asimismo, se destaca la relevancia del apoyo del Gobierno español, que busca soluciones conjuntas con la Comisión Europea para mitigar el impacto financiero que estos aranceles significan para SEAT.

El actual escenario obliga a la compañía a revaluar su estrategia de producción y ventas. A pesar de que el Tavascan es crucial para cumplir con los objetivos ambientales de la UE, su elevado precio y los aranceles dificultan su competitividad. Para SEAT, es fundamental encontrar una resolución a este dilema para evitar un impacto económico adverso que podría traducirse en pérdida de puestos laborales y reducción de su icónico catálogo de modelos.

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Fuente: Motor Pasion.

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