Haití, descenso al infierno

Carolina Amoroso

La situación en Haití se ha vuelto cada vez más crítica, con informes de caos y violencia en las calles. Según los pocos equipos periodísticos que han logrado ingresar al país, la población civil está luchando contra las pandillas criminales que han tomado el control del 80% de la capital, Puerto Príncipe. Estos grupos están liderados por un hombre conocido como "Barbecue", famoso por su brutalidad.

Además de tomar el control de gran parte de la ciudad, estos grupos criminales también han liberado a más de 3.500 presos tras tomar dos cárceles. La situación se ha complicado aún más con la reciente renuncia del controvertido primer ministro Ariel Henry, quien asumió después del magnicidio del presidente Juvenel Moïse en 2021.

Tras la renuncia de Henry, se esperaba una transición hacia elecciones y una normalización del país; sin embargo, este proceso está demorando mucho tiempo. Además, hay preocupaciones sobre cuándo y cómo intervendrá la comunidad internacional para ayudar a estabilizar el país.

Hasta febrero pasado, la escalada de violencia había dejado 2.500 personas asesinadas o secuestradas en Haití. El secuestro extorsivo se ha convertido en una importante fuente de ingresos para estos grupos criminales.

A medida que aumenta la incapacidad policial para hacer frente a estas pandillas criminales muy organizadas, los civiles están tomando acciones defensivas por su cuenta. Las Naciones Unidas han definido esta crisis como una "escala alarmante de sufrimiento humano". Esta situación no solo está afectando las condiciones de vida y la seguridad en Haití, sino que también está provocando una crisis migratoria que afecta a toda la región.

Las autoridades estadounidenses están monitoreando de cerca la situación en Haití, un país que enfrenta un vacío institucional y una grave crisis humanitaria. Haití es el país más pobre de América y, posiblemente, también el más olvidado por la comunidad internacional.