“Yo creo en una democracia de partidos, porque es evidente que cuando se inventó la representación, los partidos fueron necesarios en una democracia participativa”.
Corría el gobierno de Néstor Kirchner (2003-2007). El expresidente y líder radical Raúl Alfonsín dudaba hacia dónde iba el sistema político con el santacruceño en la Casa Rosada.
Estos son extractos de una charla que Alfonsín, de cuyo fallecimiento se cumplen 15 años este domingo 31 de marzo, mantenía entonces con el periodista Pablo Rossi en Cadena 3.
"Yo creo en la democracia representativa y, en consecuencia, creo en los partidos políticos, que han sido reconocidos en la Reforma Constitucional de 1994, como institutos insustituibles de la democracia", señaló Alfonsín.
Un gobierno sin diálogo
Durante la entrevista, el expresidente criticó duramente al entonces mandatario Néstor Kirchner. "Hoy Kirchner no cree en la democracia de partidos. Esa es una falta muy grave del presidente. No cree en la democracia de partidos. Vaya a saber a dónde nos quiere llevar. Se habla de reformas constitucionales. No quiere el diálogo con los partidos políticos. Rehúsa darle a la oposición la misma dignidad que debe tener el oficialismo", sostuvo.
"De modo que esto nos pone a nosotros en una situación de rechazo, que esperemos que no llegue a negativas irreductibles", agregó.
Recuerdos del primer Perón
Según el exlíder radical, en comparación con Kirchner, "el primer Perón fue mucho más grave en ese sentido. Es evidente que Perón luchó por la igualdad. Es evidente. Trabajó para la igualdad. Pero se olvidó absolutamente de la libertad. Un opositor no podía llegar a una radio. Se acercaba a leer a nuestros hijos con libros de propaganda política. De modo que eso fue una situación realmente gravísima", sostuvo.
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"Kirchner no llega tanto. Pero tiene un sesgo hegemónico en su actuar. Es muy difícil. Nosotros que no estamos en una crítica que provenga de la derecha, que hemos estado de acuerdo, muy contentos, además, porque no enviara tropas a Irak, que resistiera las presiones de Estados Unidos [por esos días, el gobierno de George W. Bush preguntó por canales informales si la Argentina podía participar del proceso de reconstrucción de Irak después de la guerra mediante el envío de tropas de paz]. Hemos estado de acuerdo en los cambios que realizó en la Corte Suprema de Justicia. Hemos estado de acuerdo en el extraordinario canje de la deuda que se hizo", señaló Alfonsín.
Y agregó que apoyó las políticas sociales, pero que "todavía la mejora económica que proviene de la situación internacional", no se hacía notar. "Hay que remontarse a los años 20 o a los primeros años del siglo pasado para tener una situación igual, porque los precios de nuestras commodities son extraordinarios y el interés es bajísimo. Se tiene hoy una tasa internacional del 6,5 % más o menos, y yo la llegué a tener al 23 %", sostuvo.
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División de poderes, en juego
Raúl Alfonsín también cuestionó a Kirchner al afirmar que el santacruceño no aceptaba "políticas constructivas". "Eso es lo malo, porque lesiona la división de poderes"
Ante el comentario del entrevistador de que Kirchner estaba cooptando a radicales, Raúl Alfonsín señaló que el entonces mandatario utilizaba para ese fin "los fondos fiduciarios, que son alrededor de 15.000 millones de pesos, que no tienen que pasar por los controles presupuestarios para hacer lo que quiera, y realmente le hace temblar la pera a los gobernadores y a los intendentes. Es una situación tremendamente enojosa", remarcó.
Quince años más tarde, el tema de los fondos fiduciarios volverían a estar en el centro de la polémica, esta vez, denunciados públicamente por el actual presidente Javier Milei.
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Una necesaria reforma constitucional
Alfonsín también se tomó un momento para analizar el Pacto de Olivos, al que calificó de "absolutamente necesario". "Era indispensable porque se sancionaba una Constitución horrorosa. Se había establecido que iban a ser los dos tercios de los mismos presentes los que resolvieran el tema, no los dos tercios de la totalidad de los miembros. Había un proyecto en ese sentido de (Francisco de) Durañona y Vedia que iba a salir, apoyado por (Álvaro) Alsogaray también. Había problemas, se había citado un plebiscito que iba a ganar (Carlos) Menem. Es decir, algunos gobernadores nuestros estaban de acuerdo con la reforma, de modo que consulté con el presidente de bloque, no teníamos seguridad de que no se pudiera evitar la reforma. De modo que esto fue necesario, absolutamente necesario. El hecho de que algunos dirigentes de nuestro partido no lo hayan comprendido así y se lanzaron en contra, evidentemente conspiró contra la Unión Cívica Radical", afirmó.
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Las bondades de la Constitución
Y continuó: "Fue una Constitución muy buena, pero desgraciadamente no está reglamentada. No se ha reglamentado, por eso proliferan los decretos de necesidad y urgencia. Yo creí que el presidente iba a cambiar, después de la elección, donde obtuvo una mayoría absoluta, tiene mayoría en el Congreso, tiene mayorías calificadas, tiene intendentes por todas partes. En el Gran Buenos Aires, salvo dos, son todos intendentes de él. Tiene una enorme mayoría de concejales".
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El peronismo, máquina de poder
Finalmente, el exlíder radical cerró con una reflexión sobre el peronismo, al que elogió por tener "una concepción importante que es la búsqueda de la igualdad". "Yo no quisiera que la oposición que nosotros realizamos al gobierno se viera como una oposición antiperonista", concluyó.
