Monseñor Olmedo Rivero regresa a su tierra natal tras 52 años de tarea pastoral

Monseñor Pedro Olmedo, figura emblemática en la región de Humahuaca, que integra pueblos jujeños y salteños, regresa a España tras cumplir su misión pastoral durante 52 años. 

Durante su estancia, no sólo dejó huellas profundas sino acciones concretas como un hogar de ancianos y un centro de comercialización de tejidos para los artesanos locales.

En diálogo con Cadena 3, el padre Olmedo expresó: "Son cincuenta y dos años por acá caminando, pues la experiencia más linda es el afecto y el cariño, la cercanía que uno siente de la gente nuestra".

A pesar del cariño recibido por los habitantes locales, Olmedo expresó su preocupación por ciertos cambios en la sociedad local. "La gente está abandonando un poquito el campo y se están viniendo a los centros urbanos", dijo.

Además, destacó su preocupación en torno al uso excesivo de tecnología entre los jóvenes: "Le cortan el cordón umbilical chiquito y le ponen un cable para que le pongan el celular".

Ante esta realidad social emergente en las comunidades rurales del norte argentino, Monseñor Olmedo instó a los jóvenes a recordar sus raíces e historia. Asegura que muchos emigraron buscando mejores oportunidades laborales pero cuando vuelven disfrutan sus costumbres y celebraciones comunitarias.

Pese a ser vital para las comunidades donde sirvió durante más de medio siglo como lo reconoce el episcopado argentino, monseñor Pedro Olmedo deja la quebrada para regresar a su país natal, dejando un legado de ternura y valor en toda la puna.

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Los obispos que integran la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) enviaron una carta de despedida a monseñor Pedro Olmedo Rivero CMF.

“Conmovidos por la noticia de tu viaje, queremos expresarte a través de estas líneas nuestro reconocimiento por tu entrega como buen pastor en medio de nuestro pueblo, especialmente en la prelatura de Humahuaca, donde supiste ser un servidor generoso y siempre disponible para dar testimonio al Señor que te envió allí primero como sacerdote y luego como obispo prelado”, destacan.

"Nos vienen a la mente las palabras del Papa Francisco: ‘Por favor, no olviden estas cuatro cercanías: cercanía a Dios en la oración, cercanía a los obispos en el cuerpo episcopal, cercanía a los sacerdotes y cercanía al rebaño. Que el Señor los haga crecer en este camino de cercanía, para que puedan imitar mejor al Señor, porque Él siempre ha estado cerca y siempre está cerca de nosotros, y con su cercanía, que es una cercanía compasiva y tierna, nos lleva adelante'", recordaron.

Tras valorar que "con tu oración concreta y sencilla, te hiciste prójimo compasivo y tierno de tu pueblo”, aseguran: “Como San Pablo, supiste hacerte todo a todos llegando a tus hermanos para servirlos en todas las necesidades".

“En tus años de sacerdote no sólo animaste las actividades pastorales de las parroquias encomendadas, sino que también fuiste agente sanitario, viajando para asistir a tus hermanos pobres de la puna y la yunga jujeña y salteña que carecían de las actuales posibilidades de traslado y atención médica”, puntualizan.

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El Episcopado señala la cercanía de monseñor Olmedo con sus sacerdotes: “Has sido siempre testigo de sus necesidades y búsquedas, ayudándolos y animándolos, haciéndote presente entre ellos en los momentos de dolor, de dificultad o de sufrimiento. Era muy común escucharte que debías reemplazar a éste o aquel sacerdote que no podía estar en su parroquia para lo cual viajabas por horas para llegar a todos”.

“Cercano a tus hermanos obispos, nos regalaste con elocuencia tu capacidad de amistad para compartir con honestidad tu modo de ver las cosas. Recordamos con emoción tu fraternal vínculo de comunión con el inolvidable monseñor Marcelo Palentini, obispo de Jujuy, con quien ejerciste un pastoreo admirable en esa provincia, en tiempos complejos, siempre desafiantes”, memoran los obispos.

“Ahora regresás a España y nos dejás con la certeza de que tenemos una deuda de gratitud hacia vos, en primer lugar, por estos años de entrega y hacia tu congregación que te envió para hacer presente el Reino de Dios entre los fieles de la Prelatura de Humahuaca. Gracias Pedro. Te despedimos con un fuerte abrazo, deseándote un feliz reencuentro con los tuyos, sabiendo que nunca olvidarás a Humahuaca y a la Iglesia argentina que un día te recibió como hermano, como padre, como amigo”, concluyen.

La carta lleva las firmas del presidente de la CEA, monseñor Oscar Ojea, y del secretario general, monseñor Alberto Bochatey.

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